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No seas inconsciente. Piensa antes de hablar. 

No deja de sorprenderme la estup… digo, la inconsciencia humana. De verdad, me supera. Quién te ha dicho, alma cándida, que estar detrás de una pantalla te protege de tus propias palabras. No recuerdas el sabio refranero? Por la boca, queridos, muere el pez. Por la boca, por el tuit, por el post de facebook, por el blog, por el vídeo… Que sí, que sí, que tienes derecho a la libertad de expresión y de opinión. Que fue un calentón. Que te confundiste. Que el dedo se fue solo. Pero… Recuerdas aquello de «no hagas los demás lo que no quieres que te hagan a ti»? 

Tu derecho a la libertad de expresión choca con el derecho al honor del otro. Con el derecho a la intimidad. Con el sentido común, incluso. 

Vamos a tener que recuperar la queja de bar, gente, así por lo menos solo quedas como un imbéc… Digo, un inconsciente, ante el camarero de turno, que tiene inmunidad ante la estupid… digo, la falta de tacto y poco don de la oportunidad. 

Veamos…

  • Tras tu queja hay personas
  • Tras tu lamentación hay empresas que luchan por sobrevivir y hacerlo lo mejor posible
  • Tras tu comentario hay consecuencias en tu entorno y para tu imagen

Antes de hablar piensa bien: 

  • Mi comentario sirve para algo? Arregla o soluciona algo? 
  • Hago daño a alguien? O a su imagen? 
  • Cómo me percibirán quienes me lean? Qué imagen doy? 
  • Comprometo a alguien más de mi familia o a mí empresa con lo que digo? 

Piensaaaaaa…

  • «Es una estafa»… Vale, estás enfadado, pero la ESTAFA es un delito. Seguro? Leíste bien la letra pequeña y puedes seguir afirmando una acusación tan grave? 
  • «Ojalá te mueras»… Vale, te cae mal, no comulgas con sus opiniones o actos, pero… La muerte? En serio? Eso donde te deja a ti? 

Para muestra un botón: Por el tuit muere la tuitera. 

Te lo dice hasta Madresfera en este interesante podcast… 

Ayer subimos un podcast atemporal, amiguitos, que podéis escuchar, compartir y recomendar a todos los usuarios de redes sociales, bloggers, podcasters etc porque lo que hablamos con nuestra abogada madresférica Ana Spinola de Ad&Law se puede aplicar a todos los que usamos canales de difusión y redes sociales.

La conclusión: antes de hablar/escribir, párate y piensa. 

De nuevo: Ojo con lo que compartes y comentas en redes sociales, por tu marca personal, por tu empleo, por la marca de tu empresa y porque tiene consecuencias legales! Estar al otro lado de la pantalla no te inmuniza de nada! 

No usarás el hashtag en vano 

– Hombre, Celia! Tú por aquí!!!

– Ay sí – con cara avergonzada de circunstancias y mirada a la punta de los zapatos… – Es queeeee… La vida, el post diario en hayqueserpositivo.com (que es una temática más libre y menos pro que me inspira un poco más tras el trabajo continuo en comunicación), es que el blog de los mellizos también lo tengo pelín desatendido, es que el trabajo (infinito), es que…- 

– Bueno, bueno, excusas!!! Querer es poder, es cuestión de organizarse, tienes que priorizar, y bla y bla y blablablá…

– Glups, vaaaaaale… cosas que hago y nadie que quiera evolucionar con su blog o canal debería hacer: 

  1. Ser inconstante: dos post por semana por allá, el silencio absoluto por allí. MEEEEEC! 
  2. Desaparecer en las redes: mutis por el foro es para el teatro. Seguro que como mínimo hay post interesantes que compartir… Sí, la curación de contenidos también lleva tiempo. 
  3. No responder ni comentar: lo de tener comentarios moderados está muy bien… Siempre y cuando moderes… 
  4. Ser fiel a ti y a tu público: está feo eso de cambiar de temas o ritmos de publicación de pronto. 
  5. Disculparse… todo el rato. Pedir perdón por desaparecer está bien pero tampoco puede ser que estés todo el rato justificándote.

– Pero oye, esto no iba de hashtags? 

– Ay madre, es verdad!!! Yo pasaba por aquí después de tanto tiempo con un mensaje importante; No usarás los hashtags en vano!!! 

Que las almohadillas seguidas de esas palabras y tan majas sirven para que la gente localice publicaciones de su interés. Por eso: 

  • Poner un hashtag que no viene a cuento es como mentir. Tus seguidores pensarán «una y no más, Santo Tomás». Si pones #sinfiltro, es que la foto es «sin filtro», si hablas de #sexo, hablas de eso y no de la empanadilla de la tía Encarni. Que no nos engaaaaaaañeeeeennnnn. 
  • Cuánto más mejor… NOOOOOOOO!!! No seas pesao! 
  • Pa’ qué pones hashtags en ruso si no tienes ni idea de ruso… En cristiano, por favor (lo que sea cristiano para ti, que si escribes y hablas multiidiomas, puedes multihashtaguear.
  • Medida creativa: sí, #yotambiénonventohashtagsmoloneseinfinitosquenocabenentwitterninadierecuerda… Uno hace gracia, pero no hagas el post entero así que es difícil de leer. 

Y… Colorín, colorado, a ver si vuelvo pronto a vuestro lado 😉 

No usarás los hashtags en vano

No usarás los hashtags en vano

De lo que te digan nada y de lo que veas la mitad

Siempre os explico que me gustan mucho las citas. Hoy, para dar soporte a mi post, os adjunto una con un significado especial para mi “de lo que te digan nada y de lo que veas la mitad”. No sé quien la escribió ni tampoco si es de “Anónimo” pero yo la aprendí de mi madre. ¡Oh, las madres! Poco valoradas muchas veces pero son tan importantes… Si no existiesen habría que inventarlas 😉 He conocido a algunas personas a las que su madre o su recuerdo les produce rechazo y supongo que tienen sus razones. Pero a mi y en mí caso me cuesta entenderlo horrores porque la mía fue tan y tan importante que parece que todavía oigo su voz cuando iba yo con mi cantinela “que dice fulanita que tiene esto o que dice menganito que hace lo otro” y ella, sin dejar lo que estaba haciendo y con mucha calma respondía “de lo que te digan nada y de lo que veas la mitad. No seas boba que patatín y patatán”.

A lo que voy que me pierdo. Hace ya algunos días o meses vi un vídeo de Marta Riumbau que me recordó la cantinela de mi madre. Marta, es una chica preciosa con un estilo pijocasual (no sé si existe ese estilo pero sinó queda oficialmente inaugurado desde ya) que muestra frescura, orden y equilibrio en sus videos, en sus ropas, en sus colores, etc. Tiene una forma muy natural y clara de comunicar, ha creado su propia línea de moda Mus & Bombom y es YouTuber desde enero del 2010, de eso ya ha llovido algo… Me parece estupenda su empresa de moda y que haya logrado crearla si ese era su sueño y seguro que ha sido con un gran esfuerzo.

Pero Marta, en mi opinión, se ha pasado al “lado oscuro” de YouTube. Pasarse al lado oscuro yo le llamo a comercializarse, a perder la esencia de YouTube a distorsionarla. Y esto último quiero puntualizar que no tiene nada que ver con lo que me alegro por ella por su negocio. El vídeo en cuestión que me recordó a la cita de mi madre llevaba por título “Real House tour 2016” y era una visita virtual por su casa. Yo no sé si Marta tiene alguien que la asesore como una Network o algo similar, pero si no lo tiene convendría que, antes de publicar algunos contenidos, reflexionase o los repasase. En estos temas sí que soy curiosa porque tengo una teoría que pocas veces me falla; tu casa, tu pelo, tus manos y tus zapatos hablan siempre y por si solos de ti como persona. Y con eso no me refiero a que tengas unos muebles estupentásticos o lleves unos zapatos mega caros y fashion de la muerte, no. Me refiero a lo que dice de una persona el cómo tenga lo que tiene o a cómo tenga lo que lleve. Es un poco complicado de explicar ¿se entiende? En el caso de la casa de Marta no comment, solo tenéis que leer los comentarios que sus seguidores dejaron en el vídeo, no es necesario que yo opine. Bueno, sí opino, echadle por favor un ojo al lavadero, creo que la ropa de la secadora lleva ya allí un tiempo durmiendo. Y eso que imagino que ese día, como había “visitas”, habían vestido la casa de domingo.

Pero lo que me hace escribir sobre el tema no es como tenga o deje de tener su casa Marta, que es suya y hace con ella o la tiene como quiere. Es que, Marta, no ha tenido en cuenta que ella vende una imagen de marca, la que se ha creado como YouTuber. Que sus seguidor@s la admiran, que quieren ser como ella y a poder ser, ella misma. Que quieren vivir su vida y que les sucedan las mismas cosas que a ella. Que si compran lo que saca es por eso y solo por eso. Y una imagen de marca es necesario mimarla, ser muy cuidadosa y prestar mucha atención con lo que muestras y haces para no destrozarla. Has de ser coherente y constante, no puedes “vender” una imagen y luego abrir un armario de cocina y mostrar una olla viuda y 3 tazas mal puestas. Es como si alguien pertenece a una asociación en defensa de los animales y luego publica en Instagram fotos de su última cacería -por poner un ejemplo claro de alguna manera- ¡No puedes hacer eso, Marta! ¡Qué te cargas 6 años de trabajo colgando videos cada semana! Si has lanzado una línea de moda y una marca algo de márqueting, branding y hierbas varias conoces ¡caramba!-aquí iría otra palabra-.

Y después de disgustarme y reflexionar con el video por su metedura de pata me acordé de la cantinela “de lo que te digan nada y de lo que veas la mitad” y de cuanta razón tenía mi madre viendo lo visto con Marta.

Las vacaciones mataron al influencer 

Las vacaciones son para el relax, tienes tiempo de dedicarte a temas que tenías aparcados (como migrar tu blog de Blogger a wordpress o cambiar la plantilla y poner orden en categorías y tags). Aunque siempre hay una excepción: si tienes niños y acaban de empezar las vacaciones escolares, estás muerta! A ver de dónde sacas el tiempo ahora!?! Se avecina un parón bloggeril o como mínimo una reducción de la asistencia a eventos. A menos que, queridas marcas, queridas empresas, tengáis presente este cambio de rutinas veraniegas y en todos los eventos de ahora hasta septiembre preveáis, ahora sí que sí, espacios para compartir con los hijos o donde estos puedan hacer el moño mientras los influencers atienden a vuestra presentación, taller o lo que sea… El que avisa no es traidor! Vivan las vacaciones escolares, o no? 

3 infografías con guías para rentabilizar tu blog

El camino hacia la influencia es duro y está lleno de avatares. Bueno, eso sí quieres monetizar, rentabilizas y sacar partido a tu blog y tu esfuerzo ni que sea con pagos en especies. Que si con tener espacio para compartir y repartir tienes suficiente como en mi caso pues la historia cambia. Pero si no, el tema es serio y tienes que hacer prácticamente un plan de empresa. 

Te lo vengo diciendo: ganar (dinero) no es cosa de un día. Has de pensar bien lo que vas a hacer para conseguir llegar a tu objetivo (sea cual sea). Luego has de planificar y ejecutar: elegir el formato, la plantilla de diseño, las categorías y subcategorías, las tag y palabras clave… Y finalmente, has de escribir, hacer fotos, retocar, compartir, comentar, crear comunidad… Y esta lista no es exhaustiva (Y LO SABES). 

Así que ya lo sabes, trabajo, trabajo y trabajo (que sarna con gusto…). 

No todo el mundo quiere monetizar y sacarle partido económico (ni que sea en especies) a su blog. Pero si quieres, he seleccionado 3 infografías que me parecen claras e interesantes para reflexionar. Y si te gustan estas píldoras de consejos como a mí tengo muchas acumuladas en Pinterest 😉 

1. 10 consejos para rentabilizar y hacer negocio de forma natural con tu blog (según la infografía de http://www.sageone.es):

  1. Tus lectores primero 
  2. La confianza lo es todo
  3. Ayuda y ganarás
  4. Ojo con la publicidad
  5. Lo imprescindible: menos es más
  6. Derechos creative commons: esto va de compartir 
  7. Sin ofertas: a por el precio justo y fijo
  8. Sé tú mismo
  9. Admite los errores (rectificar es de sabios, ya sabes).
  10. Olvídate de la analítica 

2. 6 nuevas formas de un blog ( según la infografía de http://simple4.us):

  1. Incluye enlaces en tus contenidos
  2. Genera enlaces de forma automática
  3. Invita a los lectores a registrarse (a seguirte, a apuntarse a tus newsletter).
  4. Saca partido al feed
  5. Y a las redes sociales
  6. Ofrece un directorio de tiendas (si es que vendes algo). 

  

3. Y de regalo y porque las visitas cuentan… Guía definitiva para aumentar las visitas de tu blog ( según la infografía de http://www.marketingandweb.es):

  1. Optimiza el blog
  2. Indexa más rápido el contenido (para que te encuentren).
  3. Crea contenido de valor (ya tú sabes, «el contenido es el rey» y bla, bla, bla). 
  4. Construir marca acial y conseguir seguidores. 
  5. Conseguir suscriptores (esos sí que son «tuyos» y no como los dan de facebook que son de facebook y nada puedes hacer contra los designios y normas de la red social).
  6. Guest posting de calidad.
  7. Agregadores de contenidos.
  8. Analisis (pero sin obsesionarse como decían en la primera infografía).
  9. El poder de las infografías. 

 

Y después de toda esta información… Tú rentabilizas o no rentabilizas? Qué es lo que mejor te funciona? Cuenta, cuenta, que aquí estamos para eso. 

Sorteos en tu blog ¿ocio o negocio?

sorteos en blog

Seamos sinceros: en esta vida nadie hace nada por nadie si no espera recibir algo a cambio. Y menos aún por personas desconocidas. Cuando tuve mi primer blog, al leer a otros compañeros con una trayectoria más larga y ver que sorteaban productos espectaculares ¡creía que los compraban ellos para agradecer la confianza y fidelidad de su audiencia! Inocente que era una. A día de hoy, sé a ciencia cierta que hay blogs modestos, con una audiencia discreta y familiar, para quienes este sistema sigue estando vigente. Pero lo habitual es que si un blogger sortea algo, sea la marca que está promocionando la que corra con los gastos, tanto del producto como del envío al afortunado. No soy una persona especialmente desconfiada, pero hay que reconocer que en ocasiones el blogger queda a merced del buen o mal hacer de la marca. Si promocionas y le das bombo a un sorteo y a posteriori la marca no responde ¿qué hacer? ¿Cómo comportarnos? ¿Por cuánto nos puede salir la broma?

1. ¿Por qué organizan sorteos los bloggers? Principalmente para premiar a sus lectores y para captar a nuevos seguidores, además de obtener contraprestaciones económicas o en especie por la organización, difusión y resolución del mismo. Esto es así y quien diga lo contrario miente o se está metiendo en un berenjenal de cuidado sin conciencia de lo que implica. Nadie se mete en estos follones por amor al arte, sin obtener nada a cambio. Un sorteo puede llamar la atención de mucha o poca gente, pero casi siempre, con un poco de buena organización, los participantes compartirán en las redes sociales y alguien nuevo se pegará a nosotros y pasará a formar parte de nuestra audiencia.

2. Las condiciones para participar en un sorteo. Por muy grande que sea el premio, la gente no lee y además es vaga. Es mejor asumirlo desde el principio y simplificar la mecánica al máximo. Nadie se va a hacer seguidor en Twitter, en Facebook, en Instagram y Pinterest, se va a suscribir a la newsletter del blogger y de la marca y va a compartir el sorteo ni aunque él premio sea un apartamento en Torrevieja. Lo mejor es establecer condiciones sencillas y si es posible ¡voluntarias! Por ejemplo, Facebook ya prohibió hace un año la organización de sorteos para aumentar el número de seguidores en tu perfil de la red social, por lo que este requisito nunca debe ser obligatorio. Podemos sugerir que nos sigan, pero no obligar, ya que si Facebook lo descubre las sanciones pueden ser peligrosas (desde perder seguidores hasta el cierre de tu perfil). Pero a los bloggers les gusta vivir al līmite y esto se sigue exigiendo.

3. No salir del entorno en el que estamos. Si publicas el sorteo en el blog, podrías solicitar la difusión a través de una red social, pero sí lo estás promocionando en Facebook, no pongas como requisito que te sigan y compartan en Instagram. Hay que centrarse en cada espacio y pensar que además de incómodo para el, participante, no todo el mundo tiene perfiles en todas las redes sociales. Lo ideal sería hacer publicaciones específicas del sorteo en cada una de ellas, con requisitos propios para no marear al personal. Por ejemplo: si publicas el sorteo en Facebook, pide que te dejen un comentario allí, que compartan y que si se quieren hacer seguidores tuyo y de la marca por iniciativa propia… Pero nada más. Cuanto más complicado es el mecanismo, menos gente participa y menos rédito obtienen la marca y el blogger.

4. El ganador. Se puede elegir con plugings gratuitos y páginas de sorteos. Generalmente lo elige el blogger, y debemos asegurarnos de que cumpla con los requisitos que hayamos establecido como obligatorios en las bases. De lo contrario, no sólo estaríamos perjudicando al resto de participantes, sino que además hay lectores muy aficionados a buscar irregularidades en los sorteos, cuando ellos no han sido los ganadores, por lo que es mejor evitar este tipo de confrontaciones.

5. Si la marca no responde. Este es el mayor temor del blogger cuando organiza un sorteo. Y si no lo es, debería serlo. Si una vez elegido e informado al ganador la marca no procede con el envío del premio ¿qué hacer? Si el ganador es comprensivo, podremos demorar la entrega indefinidamente, hasta que la marca se digne a cumplir con lo acordado. Eso sí, como bloggers ya no volveremos a confiar en ella. Pero si pasan los días, las semanas y hasta los meses y nuestras peticiones siguen siendo ignoradas, el ganador puede perder su paciencia y reclamar su premio mediante cualquier vía. Si quieres mantener tu reputación como blogger serio, tendrás que lograr el artículo aunque debas correr con los gastos tú mismo. Si tienes un acuerdo firmado con la empresa previo a la organización del sorteo, o mails que demuestren el compromiso que había adquirido contigo, puedes iniciar acciones legales si el trastorno que te ha ocasionado la marca es realmente cuantioso. Por eso es necesario acordarlo todo de antemano y dejarlo bien atado.

Tampoco creo que haya que entrar en pánico y evitar los sorteos en blogs, porque a todos nos gustan, pero es necesario saber que detrás de lo que parece un acto muy sencillo existe una legalidad vigente que hay que cumplir. En alguna ocasión he conocido casos de compañeros en esta situación, que han tenido que abonar los premios de su bolsillo, después de meses de lucha e incluso de denuncia en las redes sociales como medida de presión para ser resarcidos. También malentendidos entre empresas que han dado al ganador el producto que le correspondía al blogger en compensación por su trabajo, porque defendían que solo habían ofrecido un producto para el sorteo pensando que el blogger lo organizaría gratis y sin recibir nada a cambio.

Como bloggers ¿alguna vez os habéis encontrado con este tipo de problemas al organizar un sorteo? ¿Cómo salisteis del bache?

Periodistas contra bloggers ¿tiene sentido esta lucha?

periodistas contra bloggers

Soy periodista de formación y blogger de profesión, o al menos eso intento. Doble desgracia. Escogí mi carrera por vocación, porque me apasiona leer, escribir, contar historias y de cualquier minucia cotidiana puedo hacer una montaña y construir un relato. No tuve nada de ojo para elegir mis estudios, y desde luego no valoré lo venida a menos que estaba esta profesión cuando yo empecé a ir a la universidad. No quería hacer otra cosa, y el corazón nubló mi razón. A día de hoy, me encuentro relatando batallitas de maternidad en mi blog, poniendo en marcha otro para mujeres curvy, narrando mis viajes, criticando suegras… Inquietudes no me faltan y opiniones para casi todo, tampoco.

Ahora me encuentro con ambas facetas de mi vida enfrentadas. Desde tiempos inmemoriales, ha habido mucho intrusismo en el mundo del periodismo. Los medios de comunicación tradicionales siempre han acogido con fervor a escritores, artistas, deportistas, expertos en lo suyo pero sin formación específica como comunicadores. De las tertulias del corazón ya ni hablaremos, porque aquello es un sin dios, y por salir en una foto con el famoso de turno ya tienes vía libre para que te monten un canal de televisión propio.

Por si esto fuera poco, internet democratizó la comunicación, dio voz a la gente anónima, que empezó a opinar sobre sus intereses al pie de los artículos de los diarios con versión digital, a debatir en foros y a escribir sus propios blogs. Hoy cualquiera puede ser blogger. Es gratis y sólo se necesita conocimientos sobre un tema, constancia y a poco que logre reunir a una comunidad medianamente interesada en lo que cuenta, los periodistas se echan a temblar y nace la animadversión de periodistas contra bloggers.

En alguna ocasión, he leído duras críticas contra los bloggers por parte de periodistas titulados, acusándolos de su falta de formación, de su escasa profesionalidad y de opinar lo que les da la ventolera. Personalmente, creo que la competencia siempre es sana en todos los ámbitos profesionales. Te hace espabilar, no acomodarte seguir manteniendo tus inquietudes, innovar, progresar… Si un blogger es capaz de poner tu puesto en peligro, será porque hace tu trabajo mejor que tú, pese a que no tenga un título colgado en ningún despacho. La titulitis es uno de los principales males del mundo laboral en España. El paso por la universidad no te garantiza que vayas a ser el mejor en tu área, y el periodismo es una disciplina para la que mucha gente puede tener aptitudes de forma innata. No sabrán quién fue el inventor de la imprenta ni los que formularon las principales teorías de la comunicación, pero sí saben que lo pueden buscar en Google. Tanta teoría pasa a convertirse en un buen bagaje cultural (si logras memorizar y recordar tantos datos) pero en la práctica no sirven de nada. En el día a día, un blogger y un periodista tienen agendas muy similares: acuden a eventos juntos, reciben notas de prensa, viajan por trabajo, valoran nuevos productos y servicios, escriben noticias divulgativas o artículos de opinión, viven pegados a un ordenador, tablet o móvil y generalmente están mal pagados.

Vidas paralelas pero odio unidireccional. Es muy duro que el periodismo esté tan desprestigiado y que sus profesionales seamos un cero a la izquierda para cualquier empresa de comunicación. Pero los bloggers no tienen la culpa de haber tenido un arrebato en el mundo 2.0 y haber alcanzado una relevancia que nunca hubieran podido ni soñar. La mayoría compatibiliza su pasión por el blogging con otros trabajos de los que de verdad obtienen ingresos y les permiten pagar las facturas, comer y vivir. Y aunque su actividad como bloggers aficionados vaya en paralelo a la jornada profesional de un periodista, viven cada post escrito con un entusiasmo y una frescura que los otros suelen haberse dejado por el camino.

Creo que la convivencia pacífica entre bloggers y periodista es factible. Todo tiene sus pros y sus contras pero no hay que desprestigiar el trabajo ajeno sólo porque una persona no tenga formación, porque personalmente no te guste lo que hace, te parezca un cutre, excesivamente subjetivo o te de miedo que te haga sombra. Los periodistas ofendidos suelen acusar a los bloggers de no ser responsables con sus publicaciones, no contrastar la información antes de difundirla…¡ay! Mejor no hablaremos de lo que les ha facilitado a ellos la vida el corta y pega de notas de prensa de las que nunca se cuestionan nada. El ejercicio de la opinión periodística suele quedar oculto entre los intereses del propio medio y los de los protagonistas de la noticia que hay que contar. Los bloggers, por contra, hacen de su capa un sayo y opinan con total libertad de lo que quieren. Son espontáneos, frescos y si los lectores les siguen ¡es porque alguna virtud tendrán! Nadie nos obliga a comulgar con las ideas de desconocidos aficionados a juntar palabras.

¿Algún periodista, amenazado o con actitud conciliadora en la sala? ¿Algún blogger que se haya visto desacreditado por no ser un profesional del periodismo?

No digas que eres influencer si no… 

Imagino que habréis leído el excelente artículo de GenBeta (otra recomendación) sobre Los influencers: pasado, presente y futuro; del watchdog a los tuits de 45 mil euros Habréis alucinado con las cifras como yo (a pesar de saberlo) y os habréis dicho… «Definitivamente no soy influencer ni soy ná»… O os habéis sentido identificados, en cuyo caso una humilde servidora os pediría desde ya un autógrafo o una mísera colaboración 😉 El caso es que el artículo en cuestión es una cura de humildad porque queda claro que un influencer es tal si… Sigue leyendo

Censura en Instagram ¡Bye, bye curvy!

polémica hashtag curvy en Instagram

¡Qué noticia tan tonta! Hace unas semanas saltó la polémica porque en Instagram habían decidido censurar el uso del hashtag curvy, lo que en español viene a ser algo así como sinuoso o con curvas, y que es como los anglosajones se refieren a las mujeres que no son un insecto palo de pasarela, pero que como dirían nuestros abuelos ¡están lozanas y de buen ver! El motivo no es otro que el uso indebido que algunos usuarios estaban haciendo de #curvy, a saber, todo lo relacionado con la pornografía más directa, que no sólo con el erotismo insinuado. El hashtag se podía seguir usando para etiquetar fotos, pero si un usuario quería hacer búsquedas de contenido acerca de esta temática, no encontraría ninguna foto que mostrar. Y claro, el debate está servido ¿por qué las curvy son censurables y las delgadas que enseñan las tetas no? ¿Es más erótica una gorda que una top model? Apaga y vámonos, que resulta que lo que antes era un insulto y una dejadez de estilismo y de forma física ahora, gracias a la red social, se ha convertido en el más poderoso atrayente sexual. Como curvy declarada, no puedo estar más en contra de la decisión tomada por Instagram y estos son mis motivos.

1. Porno sin más. Si en tu casa tú llamas a tu marido gordito con fines erótico festivos, es cosa vuestra. Si lo etiquetas como gordito en Instagram, pasa a ser pornografía, porque resulta que hay muchas personas en el universo que ven muy tentadores esos kilos de más. Si tu marido es un hueso y le llamas esquelético en tu casa o en Inatagram, nadie pondrá el grito en el cielo. Los delgados tienen derecho a todo, incluso a hashtag propio. Pero más curioso aún es que se permitan etiquetas tan abiertamente eróticas como #pene #teta #culos #vaginas (estas últimas en plural, porque sólo está censurado el singular) y alégrese la vista o muérase de espanto según la sensibilidad de cada uno. Pero a una curvy es menester tenerla oculta en su casa y que no la vea nadie.

2. Palabras normales. Esto de censurar la palabra curvy, que a fin de cuentas en un vocablo de uso cotidiano en su lengua, sienta un precedente de riesgo, y es que cualquier léxico que por una moda pase a ser utilizado con connotaciones sexuales, es de suponer que correrá la misma suerte que este hashtag. Vamos, que si de pronto la palabra “rural” se populariza con otras acepciones, a ver cómo vamos a etiquetar nuestras escapadas al campo. Y esta limitación, hecha extensiva a lo largo del tiempo acabará por reducir el uso de hashtag a unas pocas cosas no polémicas, sin más. Esto empobrecerá mucho la enorme ventaja que ofrecen estas etiquetas en la red social.

3. Agravio comparativo a sus usuarios. Es tremendamente injusto que alguien se pueda calificar como rubia en Instagram pero no como regordeta. Más aún cuando hay profesionales para quien la etiqueta curvy es un verdadero distintivo de personalidad y carácter. Con buen tipo, pero sin llegar a estar escuálidas, artistas como Beyoncé o Rihanna son firmes defensoras de la moda curvy, sensibilizada con acercar la realidad de una belleza más natural y que rompe con los cánones de delgadez y la tiranía de las pasarelas. Y ojo, porque el resto de mortales curvy no tienen el tipazo espectacular de estas dos, pero es que la manga de lo curvy es muy ancha y da cabida a pesos muy diferentes. Ahora, una top model puede seguir etiquetando sus fotos en Instagram con todos los calificativos que le cuadren, pero una muchacha con carne sobre los huesos no tiene el mismo derecho.

4. Quien hizo la ley, hizo la trampa. Por mucho que nos duela la censura curvy, lo cierto es que Instagram es una empresa privada que hace y deshace sus políticas de uso como le da la ventolera. Lo mismo que ocurre en Facebook, cuando todos nos echamos las manos a la cabeza porque cierran la cuenta de una mamá que aparece dando el pecho, mientras hay millones de perfiles en los que se muestran pares de tetas sin una cabeza de bebé de por medio, y eso sí se considera adecuado y digno de la mayor red social. Por eso, en Instagram, durante le breve lapso de tiempo que duró la prohibició, no servía de nada utilizar el hashtag curvy, pero sí sus derivados #curvygirl #curvywomen #curvyfashion… vamos, que puedes etiquetar todo lo que quieras como curvy pero no poner la palabrita de marras a solas. Eso es indecente.

Yo aspiraba a que el responsable de la censura se repensara la jugada y volviera a poner la palabra curvy dentro de la circulación del panorama instagramero. Como de hecho ha acabado sucediendo.  Alguna vez se ha dado el caso e Instragram ha reculado después de que una medida similar haya liado tremendo revuelo. ¿Qué pensáis de este tema? ¿Os sentiríais discriminados si se os borraran imágenes o eliminaran cuentas de una red social sólo porque vuestra realidad no cuadra con los cánones de belleza establecidos, o con el mal uso que otras personas hacen de determinados vocablos?

veranear o no veranear con tu blog

El influencer, ¿descansa en verano?

En verano, ¿descansamos o no descansamos? Esa la cuestión. Del blog, nos referimos. O del canal Youtube. Es que con estas calores no puede uno pensar con propiedad. Sin contar con las dobles y triples vidas, las vacaciones propias, los trabajos, las vacaciones escolares de los que tenemos niños correteando por la casa sin parar…

Hay quienes como Ciudadano 2.0 (un blog altamente recomendable para todos los que os interesan los temas de blogging) se toman un mes y medio sabático desde mediados de junio hasta septiembre. Aunque descansar, descansar, no es que descansen mucho vista la previsiones de reformas, limpiezas de post, revisiones de textos y reblogs que tienen planteada. En ¿Qué hacer con tu blog durante el verano? recomiendan:  Sigue leyendo