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No seas inconsciente. Piensa antes de hablar. 

No deja de sorprenderme la estup… digo, la inconsciencia humana. De verdad, me supera. Quién te ha dicho, alma cándida, que estar detrás de una pantalla te protege de tus propias palabras. No recuerdas el sabio refranero? Por la boca, queridos, muere el pez. Por la boca, por el tuit, por el post de facebook, por el blog, por el vídeo… Que sí, que sí, que tienes derecho a la libertad de expresión y de opinión. Que fue un calentón. Que te confundiste. Que el dedo se fue solo. Pero… Recuerdas aquello de «no hagas los demás lo que no quieres que te hagan a ti»? 

Tu derecho a la libertad de expresión choca con el derecho al honor del otro. Con el derecho a la intimidad. Con el sentido común, incluso. 

Vamos a tener que recuperar la queja de bar, gente, así por lo menos solo quedas como un imbéc… Digo, un inconsciente, ante el camarero de turno, que tiene inmunidad ante la estupid… digo, la falta de tacto y poco don de la oportunidad. 

Veamos…

  • Tras tu queja hay personas
  • Tras tu lamentación hay empresas que luchan por sobrevivir y hacerlo lo mejor posible
  • Tras tu comentario hay consecuencias en tu entorno y para tu imagen

Antes de hablar piensa bien: 

  • Mi comentario sirve para algo? Arregla o soluciona algo? 
  • Hago daño a alguien? O a su imagen? 
  • Cómo me percibirán quienes me lean? Qué imagen doy? 
  • Comprometo a alguien más de mi familia o a mí empresa con lo que digo? 

Piensaaaaaa…

  • «Es una estafa»… Vale, estás enfadado, pero la ESTAFA es un delito. Seguro? Leíste bien la letra pequeña y puedes seguir afirmando una acusación tan grave? 
  • «Ojalá te mueras»… Vale, te cae mal, no comulgas con sus opiniones o actos, pero… La muerte? En serio? Eso donde te deja a ti? 

Para muestra un botón: Por el tuit muere la tuitera. 

Te lo dice hasta Madresfera en este interesante podcast… 

Ayer subimos un podcast atemporal, amiguitos, que podéis escuchar, compartir y recomendar a todos los usuarios de redes sociales, bloggers, podcasters etc porque lo que hablamos con nuestra abogada madresférica Ana Spinola de Ad&Law se puede aplicar a todos los que usamos canales de difusión y redes sociales.

La conclusión: antes de hablar/escribir, párate y piensa. 

De nuevo: Ojo con lo que compartes y comentas en redes sociales, por tu marca personal, por tu empleo, por la marca de tu empresa y porque tiene consecuencias legales! Estar al otro lado de la pantalla no te inmuniza de nada! 

En blog cerrado no entran moscas

Ni en el blog ni en el canal YouTube ni en tus redes sociales: si no quieres que se sepa ni se comente, mejor cierra la boca 2.0. 

Recuperó hoy un post que escribí hace meses… Y sigue sirviendo! 

Porqué no debes escribir todo lo que piensas… Empecemos por el principio…

En blog cerrado no entran moscas

En blog cerrado no entran moscas

No vayas a escribir en tu blog todo lo que piensas, que como dice el refranero popular (a veces tan sabio), «en boca cerrada, no entran moscas». O en versión actualizada, «en blog comedido no entran trolls«, o moscones… Aunque no era tanto por los trolls que yo me preocupaba, si no por la imagen de marca personal que te puedes granjear por unas palabras mal medidas o por un impulso no refrenado. Vamos, que volviendo al refranero, si no quieres que te llamen «mataperros» mejor no hagas ver que has matado a ningún chucho.

La verborrea dospuntocero es el peligro de la red: 
Las redes sociales, los blogs e Internet en su conjunto tienen muchas ventajas y posibilidades. Pero si algún peligro acecha tras la facilidad con que podemos comentar, opinar, compartir y debatir (en un sólo click) es lo que llamo la verborrea dospuntocero. Me declaro sinceramente sorprendida de lo que alguna gente comparte a veces: comentarios negativos contra le jefe, cotilleos malintenacionados de algún compañero o supuesto «amigo», críticas feroces y destructivas que algún famoso se ha, supuestamente, merecido, el pobre, mensajes desoladores de un pesimismo que le hunde a uno la mañana e incluso el día entero como si de un cielo plomizo se tratara, imágenes de dudoso gusto (de niños con cáncer, mujeres pornografiadas, chistes sexistas y demás lindezas) y opiniones… 

¡Qué decir de las opiniones que algunos dejan en los medios digitales! Son, a menudo, agresivas, poco razonables, incluso amenazantes o insultantes, o racistas, o clasistas, o con istas que te hacen reflexionar seriamente sobre el nivel de la raza humana. Con lo mucho que me suelen gustar las argumentadas (y filtradas, ese supongo que es el quid) cartas al director de los diarios, y el bajo nivel que suelen tener algunos comentarios en la prensa online.
La cuestión es que que esta facilidad da lugar a que, a veces, no tomemos conciencia de lo que los demás pensarán de nosotros cuando vean nuestros mensajes. Y es que decimos mucho, muchísimo más de lo que pensamos estar diciendo. 

Soy consciente que mis propios mensajes en este blog y mis redes sociales dan mucha información sobre mis gustos, mis hábitos, mis opiniones políticas, mis lecturas, mis conocimientos, y sobre todo mis desconocimientos, mis debilidades, mis alegrías, mis penas… Y ahí queda para la posteridad gracias a Mister Google para quién quiera googlearme.

No pasa nada, podemos trabajarlo, llevar a que esos mensajes den información relevante de nosotros que queremos que sea encontrada. 

¿Pero qué pasa con aquellos mensajes implícitos que no quisimos dar pero que sin embargo influirán, quizá, en un proceso de búsqueda de trabajo, un ascenso laboral, o sin entrar en el terreno pecuniario, en una relación personal que queramos iniciar? Habríamos de ser conscientes de ello.

Aún así se nos escapará algo. 

Aún así habrá amigos incondicionales que nos apoyarán. 

Aún así habrá quién no quiera saber nada de nosotros porque no le dimos buen «feeling». 

Piensa antes de escribir
No digo que tengamos que andar autocensurándonos
todo el día, ni que perdamos la naturalidad. Yo me siento bien con mis ideas, por eso las tengo, y no me cuesta admitir que he cambiado de opinión o que me equivoqué (aunque es un rollo porque puede que haya gente que no llegue a este punto y se quede con lo que dijiste en su momento).
Pero, por ejemplo, he tenido días grises que me moría de ganas de contar alguna situación que me parecía escandalosa y que cuando estaba a punto de enviar (llegué a escribirlo, sí) pensé: «con lo optimista que soy normalmente, voy a quedar como una ceniza«. Todo el mundo tiene días malos, pero no es necesario compartirlo en el blog. Es como quién en las discusiones de pareja dice cosas de las que se arrepiente luego en pleno calentón. ¿Verdad que es mejor callarse?

En fin, sigo dando vueltas a un comentario machista que me ha dolido a la vista en una red social (de ahí vienen estos barros). Sinceridad, autenticidad, coherencia… Sí. Pero, por favor, si has tenido la paciencia de leerme hasta aquí:

  • Ten cuidado con enviar un correo electrónico desde «soyunachicasexy@hotmail.com» para buscar un trabajo que nada tiene que ver con ser striper, modelo de Interviú o algo similar. 
  • Ten cuidado con compartir fotos de tus amigos borrachos o de la pinta (lamentable) que tenías tras la última juerga. 
  • Ten cuidado con decirle a tu jefe que no puedes ir a trabajar por un virus intestinal si luego vas a publicar en Facebook que estás en la playita tomando el sol (en realidad, está feo que lo hagas, pero si vas a hacerlo igualmente, no hace falta que lo digas a los cuatro vientos). 
  • Ten cuidado con revelar información personal, íntima y comprometida de tus amigos o compañeros, seguro que no te gustaría que lo hicieran de ti (y acumulas números de que suceda si tú también lo haces). 

En fin, no me cansaré de decirlo: Sentido común, por favor.

Tengo una idea que me voy a forrar

Querido Dr. TUBYSCU: tengon una idea que me voy a forrar. Y no me da miedo decírtela porque la tengo ya muy avanzada y además nadie lo haría como yo. La cosa es que estoy en paro y lo que dan en la tele ya no me motiva. He pensado que como soy un nini de esos (aunque tenga 50 años, si he vuelto a vivir con mi madre soy nini, no?)… Total, que he pensado que ya si eso me hago youtuber. Que en una charla de marca personal me han dicho que lo mejor es hacer algo que te apasiona y que no te canse y divulgarlo a diestro y siniestro. Pues eso… Que voy a abrir un canal. Ya he leído por aquí que eso da mucha faena, grabarse, montar y todo eso. Pero yo creo que si me grabó en directo tendré mucho éxito, como Alaska y Mario que miran que hacen tonterías. Pues eso, que voy a abrirme un canal en estreaming de ese (que ya me he informado y eso es estar conectado en directo). Te preguntarás que hago tan y tan bien que sea tan apasionante: duermo, duermo unas siestas de escándalo y empalmo con la noche y entre medias veo la tele que leer no me gusta. Y mi madre aparece a veces y me dice que me muevo menos que un gato de escayola. Yo creo que daría juego la mujer, pero no quiere ser youtuber como yo y he pensado que mejor sale de fondo su voz como la madre del listillo ese de Big Bang Theory… Total, que yo quiero que me ayudes a crecer con algún consejillo para ultimar ya el tema, porque éxito será, eso seguro! 

Atentamente «duermetuber». 

Querido Duermetuber, 

Yo es que flipo contigo! Qué parte de este blog no has entendido cuando explicamos que ser un buen youtuber influencer da mucho curro??

Que no te veo por la labor, oye. Es que verte en directo dormir, hombre, no lo veo… Quizá me he perdido algo: hablas en sueños y cuentas cosas truculentas? Cantas al ritmo de tus ventosidades nocturnas? Eres funansonambulista… Yo no te quiero desanimar pero para la marca personal no sé yo… Quizá si buscas trabajo para Flex… Ummmm, pruébalo, no parece que vayas a perder nada más que el tiempo y la paciencia de tu pobre madre. Y si sin hacer nada logras ser un influencer yo vengo y te doy un abrazo… Cosas más raras se han visto!!! 

Y tú, tienes un plan? 

Esa es la cuestión esencial para ser alguien en el mundillo blogueril, youtubero o snapchatero si eres mega moderno (y mega joven casi seguro también). Y es básico si eres una marca o empresa queriendo hacer «algo» con influencers. No te pregunto si has ligado o si te vas a casar. Lo que digo es si tienes un plan, una estrategia, para tu presencia online, tu marca personal, tu blog, canal o incluso tu empresa si estás lanzándote al ruedo. Y si no lo tienes, POR QUÉ? Es una buena estrategia no tener estrategia? NO!!!! Es pésima. Quizá tengas suerte, pero eso sucede pocas veces, como lo de la lotería que te arreglará la vida. 

He encontrado un par de infografías que servirán para poner en claro qué es eso de hacer un plan. Es más sencillo y de sentido común de lo que parece. Empecemos: 

Cómo planear tu estrategia de Social Media: 

  • Ten en cuenta que donde dice empresa puedes poner blog o can YouTube. 
  • Los clientes pueden ser usuarios o tu público objetivo: reclutadores si haces marca personal para encontrar trabajo, las personas que te interesan para tu networking, etc. 
  • Sí, antes de la planificación social media tienes que tener una estrategia global de tu empresa. 

Y si no la tienes la estructura básica es la misma. 

  1. Estudiar el mercado, tu situación y la competencia 
  2. Definir objetivos
  3. Definir público objetivo
  4. Definir  qué harás: acciones
  5. Pensar cómo medirás tus resultados 
  6. Aplicar
  7. Analizar
  8. Cambiar
  9. Seguir adelante
Cómo hacer un plan Social Media

Infografía de «apasionado de la redes sociales»

Ya tienes el plan? Eso está muy bien… Para llevarlo a la práctica tu plan social media necesitará concretarse en una estrategia de contenidos. Te doy otra pista… Estás aprovechando todo el potencial de cada red social para difundir el contenido que te cuesta tanto crear? 

Tú marca  en las diferentes redes sociales

Infografía de Jorge Felipe López

Entonces? Habemus estrategia? 

PD: No, no hace falta que estés en todas partes no a todas horas. Depende de tu objetivo, tu público, tus recursos… Lo importante es que no vayas como pollo sin cabeza. 

 

soy una gurú

No digas que eres una gurú

Vamos a ver, alma de cántaro… Describirte en tus redes sociales como «gurú» es pedante y cae mal, de entrada. Especialmente si tienes menos de 500 seguidores (por decir una cifra). No, así no se hacen las cosas. ¿En qué momento pensaste que era una buena idea describirte como «gurú»? ¿Gurú de qué? ¿Quién dice que lo eres, tú? Francamente, sobrepasa los límites del buen gusto y va más allá, mucho más, que las mentirijillas en tu Linkedin o esas recomendaciones infladas que no se cree nadie más que tu ego.  Sigue leyendo