Archivo de la etiqueta: blogging

Plataformas de influencers para monetizar tu blog

plataformas influencers

Cuando eres un blog pequeño, que acaba de empezar, con más ganas que seguidores y muchas horas de trabajo construyendo es difícil encontrar marcas que te apoyen.

Tienes un buen perfil con buenas referencias sobre cremas, zapatillas, juegos de rol o lo que sea pero parece que las marcas no se dan cuenta de tu existencia y nadie te propone nada. Entonces descubres las plataformas de influencers y los ojos te hacen chiribitas.

Plataformas de influencers. Y ¿eso qué es?

Bajo el nombre rimbombante de Plataforma de Influencers encontramos agencias de social media en la que los blogueros, instagrammers y demás puedan afiliarse para que la agencia les ponga en contacto con las marcas. Así pues vendrían a ser una agencia de medios de toda la vida dónde las marcas contratan espacios de publicidad y la agencia se encarga de buscar y pagar estos espacios en los diferentes medios que les interesan. Pero estas agencias enfocadas a redes han adaptado su cara a este medio, creando una estructura de red dónde subir tus propios perfiles y crear comunidad.

Influencity, Kuvut, Madresfera, SocialPubli son todas agencias de marketing participativo de este tipo, pero hay más y estan creciendo.

La mayoría de estas plataformas funcionan presentando los proyectos de las marcas a su comunidad y esta puede apuntarse a los proyectos que les parecen más interesantes, adecuados a su perfil, etc…

Pero… y, ¿se cobra?

Evidentemente, cuando quieres trabajar con marcas lo que quieres es cobrar, aunque sea en especies, pero cobrar, y si las agencias no ofrecen nada nadie se apuntaría así que cobrar se cobra… pero cuánto se cobra es harina de otro costal.

Lo más usual es que te paguen en especies con lotes de productos de las marcas o promociones especiales. También es fácil que te paguen por leads, porque que alguien haga una acción a través de un link tuyo vale mucho y se puede especificar perfectamente cuánto por cada click, acción… y la agencia se queda siempre con un porcentaje de estos pagos. El volumen de dinero a cobrar dependerá pues de tus seguidores, su engagement, vaya, lo que siempre queremos l@s bloguer@s… pero conseguir dinero es difícil, muy difícil!

Los posts remunerados son escasos y suelen ir directamente asignados por las agencias. Como siempre la remuneración fluctua y depende de demasiadas variables que no son del todo claras.

Las plataformas de influencers son una buena herramienta para empezar a trabajar para marcas y cobrar algo cuando eres un blog pequeñito. Pero también debes ser consciente que tu blog es el «producto» de estas agencias, lo que venden son todos estos afiliados que tan amablemente se prestan a ello. Parte del negocio de este tipo de empresas es el muestreo y la mercadotecnia. No hay nada malo en ello si somos conscientes de este hecho y sabemos que es lo que se espera de nosotros cuando nos envían muestras o qué queremos invertir cuando se nos presenta una promoción.

Evidentemente, los grandes influencers juegan en otra liga y ellos son su propia agencia, pero para los pequeños es una buena manera de ejemplificar que la unión hace la fuerza también a la hora de presentarte frente a las marcas.

Y ¿vosotr@s?, ¿os habéis afiliado a alguna plataforma?

 

monstruos de Joel McKinney para thenounproject.com

¡Tengo trolls! Guía de reconocimiento y desactivación

¡Está ahí! Sí, mira, mira. Agazapado en ese comentario.

Habías oído rumores, incluso alguna vez te pareció verlo a lo lejos pero nunca esperaste encontrarlo por estos lares. Un troll. Sí, un troll que grita y despotrica queriendo destruirlo todo a su paso.

Ves ese comentario, subido de tono, hiriente y aunque sabes que es un troll no puedes evitar dudar de todo. Si el post era divertido, ¿quizá superficial?… Bueno, es que por aquí no hablamos de física cuántica… Si el blog es de buen rollo… ¿Quieres decir que hay blogs antitrolls un “todo el mundo, incluso yo autor, es un capullo menos tu lector troll” que cuente con el beneplácito de todos los que campan a sus anchas por internet? ¡Si el blog es pequeñito! Querrás decir que era pequeñito porque no hay nada que indique mejor que llegas más allá de tu círculo de amigos y conocidos que un troll (si tus amigos se dedican a machacarte así, cambia de amigos. De verdad).

Y ¿ahora qué? ¿Qué haces con el comentario?

No lo borres. Como borres comentarios “críticos” (yo también creo que la crítica es otra cosa y no entrar a degüello pero…) desatarás a las hordas. Y nadie sobrevive a un ataque de hordas trolls.

No contestes enfadado. El submundo de los comentarios hirientes es peligroso y puede hacerte perder la razón. Incluso puede que te conviertas en uno de ellos.

No esperes hacerle cambiar de opinión. ¿Qué puedes decir que haga razonar a alguien que, sencillamente, quiere destruirlo todo?

Así que, lee el comentario, publícalo, y déjalo estar… como mucho céntrate en celebrar que tu blog se ha hecho mayor y… ¡ya tienes trolls!

Las vacaciones mataron al influencer 

Las vacaciones son para el relax, tienes tiempo de dedicarte a temas que tenías aparcados (como migrar tu blog de Blogger a wordpress o cambiar la plantilla y poner orden en categorías y tags). Aunque siempre hay una excepción: si tienes niños y acaban de empezar las vacaciones escolares, estás muerta! A ver de dónde sacas el tiempo ahora!?! Se avecina un parón bloggeril o como mínimo una reducción de la asistencia a eventos. A menos que, queridas marcas, queridas empresas, tengáis presente este cambio de rutinas veraniegas y en todos los eventos de ahora hasta septiembre preveáis, ahora sí que sí, espacios para compartir con los hijos o donde estos puedan hacer el moño mientras los influencers atienden a vuestra presentación, taller o lo que sea… El que avisa no es traidor! Vivan las vacaciones escolares, o no? 

Escoge de qué hablar… Y de qué no! 

El «fuera de plano» es un concepto que los creadores audiovisuales tienen muy claro. Juegan con él, se hacen los misteriosos o simplemente omiten. Y es que hay una marcada opinión, un sentido editorial, en lo que escogemos no mostrar, en los temas que no tocamos, en lo que silenciamos y obviamos. Te has parado a pensar dónde está tu límite? De qué quieres (y puedes) hablar y qué es lo que dejas fuera?

  Recientemente la influencer en instagram con más de 712.000 seguidores, Essena O’Neill, abandonaba la red social porque aseguraba que esa «no es la vida real» y desvelaba sus trucos y falsedades. Al leer el artículo de El País La estrella de Instagram revela sus engaños pensé que era otra que había inventado todo para lucrase. Pero en realidad es más bien una denuncia sobre la obsesión a que se puede llegar por agradar a un público y las horas y montajes que hay tras una imagen o una vida aparentemente idílica. Muchos estudios demuestran que lo que compartimos en las redes sociales es sólo una parte concreta de nuestra vida e idiosincrasia y por eso conviene reflexionar sobre cuánto hay de verdad o mentira en ese amigo que parece vivir en vacaciones eternas a juzgar por sus fotos de Facebook. Es más, si antes publicaba y antes no, y es realmente tu amigo, llámalo. Tiene pinta que pasa por un mal momento. 

Pero volvamos a los influencers: los seguimos, creemos y adoptamos como parte de la familia virtual por su cercanía. Pero quizá nos falta un punto crítico como seguidores para darnos cuenta que obviamente no es oro todo lo que reluce. En el artículo de El País, reproducían las palabras de la instagramer:

El 27 de octubre, O’Neill eliminó más de 2.000 fotografías que había compartido con otros usuarios en Instagram «que no sirvieron para otro propósito que no fuera la auto promoción» y creó una página web para ayudar a otros adolescentes y jóvenes a desengancharse de los follows y los likes, relata la modelo. En su sitio Let’s be game changers (vamos a cambiar el juego), la australiana comparte vídeos y textos en los que relata y confiesa sus sentimientos y hasta ha escrito su declaración de principios —veganismo, salud mental, física y espiritual o preservación del planeta Tierra, entre otros—.

(…) O’Neill consiguió incluso que diferentes marcas le pagaran por lucir sus productos. «Ganaba 1.300 euros fácilmente por un post», cuenta la joven. Por una fotografía —aparentemente natural— en la que aparece sonriendo, con un vestido marinero y bebiendo zumo, la australiana ganó 365 euros: «Por aquel entonces, tenía 150.000 seguidores; con medio millón supe que muchas marcas online pagaban 1.800 euros por una imagen. Esta fotografía no tiene sustancia. Tened cuidado con lo que promocionan las personas y preguntaos a vosotros mismos: ‘¿Cuál es su intención detrás de la foto?», dice O’Neill. 

Por otro lado, en un excelente post sobre si los fans son y se tratan como borregos o no por parte de influencers y marcas subyace una reivindicación: los lectores o seguidores de un canal no son tontos y tienen criterio. 

  
Olga y Antuan reflexionaban hace poco sobre mostrar o no a su hijo menor y porqué. Este es otro de los grandes debates: la seguridad del menor (y el adulto), la responsabilidad, si dar detalles, cuáles y hasta dónde. Os recomiendo su reflexión: 

 http://youtu.be/dZlOvUkLZbw 

Al final, a mi entender, todo se reduce a tener sentido común. A tener claro desde un principio lo que enseñamos, lo que no, a quién, cuándo y de qué modo. Efectivamente tener un blog o canal YouTube u otro canal en el que nos sigan más allá de nuestra casa y vecindario nos expone a los demás. A su curiosidad, su crítica, incluso su fanatismo si lo hubiera. Eso comporta una responsabilidad para con nosotros, lo que mencionamos y para con nuestra comunidad. 

Y tú? 

Dejas muchas cosas fuera de plano? Te has parado a pensarlo conscientemente y a actuar en consecuencia? 

3 infografías con guías para rentabilizar tu blog

El camino hacia la influencia es duro y está lleno de avatares. Bueno, eso sí quieres monetizar, rentabilizas y sacar partido a tu blog y tu esfuerzo ni que sea con pagos en especies. Que si con tener espacio para compartir y repartir tienes suficiente como en mi caso pues la historia cambia. Pero si no, el tema es serio y tienes que hacer prácticamente un plan de empresa. 

Te lo vengo diciendo: ganar (dinero) no es cosa de un día. Has de pensar bien lo que vas a hacer para conseguir llegar a tu objetivo (sea cual sea). Luego has de planificar y ejecutar: elegir el formato, la plantilla de diseño, las categorías y subcategorías, las tag y palabras clave… Y finalmente, has de escribir, hacer fotos, retocar, compartir, comentar, crear comunidad… Y esta lista no es exhaustiva (Y LO SABES). 

Así que ya lo sabes, trabajo, trabajo y trabajo (que sarna con gusto…). 

No todo el mundo quiere monetizar y sacarle partido económico (ni que sea en especies) a su blog. Pero si quieres, he seleccionado 3 infografías que me parecen claras e interesantes para reflexionar. Y si te gustan estas píldoras de consejos como a mí tengo muchas acumuladas en Pinterest 😉 

1. 10 consejos para rentabilizar y hacer negocio de forma natural con tu blog (según la infografía de http://www.sageone.es):

  1. Tus lectores primero 
  2. La confianza lo es todo
  3. Ayuda y ganarás
  4. Ojo con la publicidad
  5. Lo imprescindible: menos es más
  6. Derechos creative commons: esto va de compartir 
  7. Sin ofertas: a por el precio justo y fijo
  8. Sé tú mismo
  9. Admite los errores (rectificar es de sabios, ya sabes).
  10. Olvídate de la analítica 

2. 6 nuevas formas de un blog ( según la infografía de http://simple4.us):

  1. Incluye enlaces en tus contenidos
  2. Genera enlaces de forma automática
  3. Invita a los lectores a registrarse (a seguirte, a apuntarse a tus newsletter).
  4. Saca partido al feed
  5. Y a las redes sociales
  6. Ofrece un directorio de tiendas (si es que vendes algo). 

  

3. Y de regalo y porque las visitas cuentan… Guía definitiva para aumentar las visitas de tu blog ( según la infografía de http://www.marketingandweb.es):

  1. Optimiza el blog
  2. Indexa más rápido el contenido (para que te encuentren).
  3. Crea contenido de valor (ya tú sabes, «el contenido es el rey» y bla, bla, bla). 
  4. Construir marca acial y conseguir seguidores. 
  5. Conseguir suscriptores (esos sí que son «tuyos» y no como los dan de facebook que son de facebook y nada puedes hacer contra los designios y normas de la red social).
  6. Guest posting de calidad.
  7. Agregadores de contenidos.
  8. Analisis (pero sin obsesionarse como decían en la primera infografía).
  9. El poder de las infografías. 

 

Y después de toda esta información… Tú rentabilizas o no rentabilizas? Qué es lo que mejor te funciona? Cuenta, cuenta, que aquí estamos para eso. 

Periodistas contra bloggers ¿tiene sentido esta lucha?

periodistas contra bloggers

Soy periodista de formación y blogger de profesión, o al menos eso intento. Doble desgracia. Escogí mi carrera por vocación, porque me apasiona leer, escribir, contar historias y de cualquier minucia cotidiana puedo hacer una montaña y construir un relato. No tuve nada de ojo para elegir mis estudios, y desde luego no valoré lo venida a menos que estaba esta profesión cuando yo empecé a ir a la universidad. No quería hacer otra cosa, y el corazón nubló mi razón. A día de hoy, me encuentro relatando batallitas de maternidad en mi blog, poniendo en marcha otro para mujeres curvy, narrando mis viajes, criticando suegras… Inquietudes no me faltan y opiniones para casi todo, tampoco.

Ahora me encuentro con ambas facetas de mi vida enfrentadas. Desde tiempos inmemoriales, ha habido mucho intrusismo en el mundo del periodismo. Los medios de comunicación tradicionales siempre han acogido con fervor a escritores, artistas, deportistas, expertos en lo suyo pero sin formación específica como comunicadores. De las tertulias del corazón ya ni hablaremos, porque aquello es un sin dios, y por salir en una foto con el famoso de turno ya tienes vía libre para que te monten un canal de televisión propio.

Por si esto fuera poco, internet democratizó la comunicación, dio voz a la gente anónima, que empezó a opinar sobre sus intereses al pie de los artículos de los diarios con versión digital, a debatir en foros y a escribir sus propios blogs. Hoy cualquiera puede ser blogger. Es gratis y sólo se necesita conocimientos sobre un tema, constancia y a poco que logre reunir a una comunidad medianamente interesada en lo que cuenta, los periodistas se echan a temblar y nace la animadversión de periodistas contra bloggers.

En alguna ocasión, he leído duras críticas contra los bloggers por parte de periodistas titulados, acusándolos de su falta de formación, de su escasa profesionalidad y de opinar lo que les da la ventolera. Personalmente, creo que la competencia siempre es sana en todos los ámbitos profesionales. Te hace espabilar, no acomodarte seguir manteniendo tus inquietudes, innovar, progresar… Si un blogger es capaz de poner tu puesto en peligro, será porque hace tu trabajo mejor que tú, pese a que no tenga un título colgado en ningún despacho. La titulitis es uno de los principales males del mundo laboral en España. El paso por la universidad no te garantiza que vayas a ser el mejor en tu área, y el periodismo es una disciplina para la que mucha gente puede tener aptitudes de forma innata. No sabrán quién fue el inventor de la imprenta ni los que formularon las principales teorías de la comunicación, pero sí saben que lo pueden buscar en Google. Tanta teoría pasa a convertirse en un buen bagaje cultural (si logras memorizar y recordar tantos datos) pero en la práctica no sirven de nada. En el día a día, un blogger y un periodista tienen agendas muy similares: acuden a eventos juntos, reciben notas de prensa, viajan por trabajo, valoran nuevos productos y servicios, escriben noticias divulgativas o artículos de opinión, viven pegados a un ordenador, tablet o móvil y generalmente están mal pagados.

Vidas paralelas pero odio unidireccional. Es muy duro que el periodismo esté tan desprestigiado y que sus profesionales seamos un cero a la izquierda para cualquier empresa de comunicación. Pero los bloggers no tienen la culpa de haber tenido un arrebato en el mundo 2.0 y haber alcanzado una relevancia que nunca hubieran podido ni soñar. La mayoría compatibiliza su pasión por el blogging con otros trabajos de los que de verdad obtienen ingresos y les permiten pagar las facturas, comer y vivir. Y aunque su actividad como bloggers aficionados vaya en paralelo a la jornada profesional de un periodista, viven cada post escrito con un entusiasmo y una frescura que los otros suelen haberse dejado por el camino.

Creo que la convivencia pacífica entre bloggers y periodista es factible. Todo tiene sus pros y sus contras pero no hay que desprestigiar el trabajo ajeno sólo porque una persona no tenga formación, porque personalmente no te guste lo que hace, te parezca un cutre, excesivamente subjetivo o te de miedo que te haga sombra. Los periodistas ofendidos suelen acusar a los bloggers de no ser responsables con sus publicaciones, no contrastar la información antes de difundirla…¡ay! Mejor no hablaremos de lo que les ha facilitado a ellos la vida el corta y pega de notas de prensa de las que nunca se cuestionan nada. El ejercicio de la opinión periodística suele quedar oculto entre los intereses del propio medio y los de los protagonistas de la noticia que hay que contar. Los bloggers, por contra, hacen de su capa un sayo y opinan con total libertad de lo que quieren. Son espontáneos, frescos y si los lectores les siguen ¡es porque alguna virtud tendrán! Nadie nos obliga a comulgar con las ideas de desconocidos aficionados a juntar palabras.

¿Algún periodista, amenazado o con actitud conciliadora en la sala? ¿Algún blogger que se haya visto desacreditado por no ser un profesional del periodismo?

Hoy escribirás el manifiesto de tu blog – repost @LorenaGWhite

Compartimos este breve post que contiene mucha verdad. Y tú? Has empezado al tuntún o tienes nombre, objetivo, público y todo lo necesario para compartir tu manifiesto?

Os recomiendo la lectura… Y sobre todo, la reflexión…

También os recomiendo el primer post sobre este tema de T’he Daily Prosumer: 

  
http://thedailyprosumer.com/2014/11/04/hoy-podrias-escribir-tu-manifiesto/

 

veranear o no veranear con tu blog

El influencer, ¿descansa en verano?

En verano, ¿descansamos o no descansamos? Esa la cuestión. Del blog, nos referimos. O del canal Youtube. Es que con estas calores no puede uno pensar con propiedad. Sin contar con las dobles y triples vidas, las vacaciones propias, los trabajos, las vacaciones escolares de los que tenemos niños correteando por la casa sin parar…

Hay quienes como Ciudadano 2.0 (un blog altamente recomendable para todos los que os interesan los temas de blogging) se toman un mes y medio sabático desde mediados de junio hasta septiembre. Aunque descansar, descansar, no es que descansen mucho vista la previsiones de reformas, limpiezas de post, revisiones de textos y reblogs que tienen planteada. En ¿Qué hacer con tu blog durante el verano? recomiendan:  Sigue leyendo

Si comentas, que sea interesante

Comentar en los blogs: guía básica

A cualquier blogger le gusta recibir comentarios en su blog. Es normal, ¡si nadie comenta parece que estés hablando sola! Y justamente es una de las cosas más satisfactorias de tener un blog, la interacción con los lectores.

No soy ninguna experta, apenas llevo dos años con mi blog, pero han sido dos años de leer muchísimos blogs, de comentar sin parar y de recibir comentarios, y tal vez a alguien le pueda servir mi opinión.

¿Cómo conseguir comentarios?

No se puede obligar a nadie a comentar en un blog, pero sí puedes incentivar los comentarios, ponerselo fácil al lector para que se tome un minuto para dejarte un valioso comentario. Porque si no se lo pones fácil, si no le pones una alfombra roja, una vez que haya leído lo que le interesa se irá, sin más. ¿No lo hacemos todos a veces?

Hay varias formas de animar a los lectores a que comenten:

 1 – Termina con una pregunta.

Que quede natural, ¿eh? Una pregunta directa les indica que hablas con ellos, que no sueltas tu rollo y ala, ya he terminado, ahora vete. Les puedes pedir su opinión, preguntarles si les ha pasado lo que sea alguna vez, o cómo lo solucionan, etc. Dales pie a que respondan, a que aporten algo, a que se sientan parte de la conversación.  Sigue leyendo