
Vaya sabor amargo para esta época prenavideña que os voy a dejar antes de irme de vacaciones blogueriles. ¿Qué es lo peor que le puede pasar a un blogger? ¿Que no lo lea ni el tato? ¿Que las marcas no se interesen por colaborar con él? ¿Que abriera un blog pensando en hacerse rico al instante y lleve ya 2 semanas, 2 posts y el dinero aún no haya llamado a su puerta? ¡No! Bueno, o sí. Todo dependerá de las pretensiones que tenga cada uno. Pero personalmente, creo que uno de los peores chascos que nos llevamos como bloggers, todos y cada uno de nosotros, desde el más grande hasta el más pequeños, se produce el día en que descubrimos que incluso los lectores que pasan por nuestro espacio y hasta dedican su tiempo a dejar su humilde comentario ¡no nos leen! La gente no lee tus posts. ¿Cómo se te queda el cuerpo? Seguramente para el arrastre, porque tú tienes vocación de escritor, te trabajas tus textos, pones lo mejor de ti en cada uno de ellos y resulta que a la gente se la trae al pairo y sólo pasean sus ojos por el título, con suerte analizan en profundidad algún párrafo, o leen el último comentario que otra persona te ha dejado, para hacerse una idea acerca del tema y comentar en consecuencia. Y esto nos lleva a presenciar una serie de despropósitos la mar de curiosones.
1. Cuentas una desgracia personal y la gente te felicita. Cuando tu blog tiene un marcado carácter personal e intimista, la relación con tu audiencia se hace especialmente estrecha y sensible. La gente se atreve a compartir verdaderas desgracias vitales, momentos personales muy duros, y cuando obtienen a cambio un comentario en ese post tan especial en el que le dicen algo así como “Me encanta como escribes”, o “Te he dejado un premio. Pásate por mi blog”… En fin, hay que ser bastante corto de luces para elegir precisamente ese post y ese día para cubrirse de gloria como lector, o como compañero de tarea blogueril. Y esto pasa porque hay quien lee un título, se pasa a los comentarios y sólo quiere dejar su huella, sin importarle un bledo la hondura psicológica del texto o el drama que vive esa persona. Así te das cuentas de que quizás ese individuo nunca, jamás, te haya leído a conciencia.
2. Pones las bases de un sorteo y sólo una mínima parte de los participantes cumplen con todos los requisitos. Siendo menos traumático para un blogger que el caso anterior, puedes descubrir que la gente no lee tus post porque incluso cuando te esfuerzas en organizar un sorteo, con unas bases amplias, sencillas y bien especificadas, la gente se limita a escribir un comentario al pie de tu texto o en alguna red social, sólo para decir “participo”, o “el rojo” pasándose por el arco del triunfo el resto de la convocatoria. Si ni siquiera cuando tienen algo que llevarse como regalo se paran a leer 2 minutos ¿qué no harán cuando te leen gratis?
3. Leen el resumen en tus redes sociales y ya creen tener suficiente. Esto ocurre porque en ocasiones hay personas que te siguen en Facebook o a las muy malas ¡en Twitter! Que a mi la red del pollito me entusiasma, pero 140 caracteres son escasísimos para casi todo y además favorecen las malas interpretaciones, las polémicas y hasta los sacaderos de ojos. ¿Recordáis ya por qué Twitter es un patio de vecinos? Pues Facebook tampoco se queda atrás, y si la promoción de determinado post en tus redes sociales, no logra que los lectores pasen a leer la información completa, los malos entendidos estarán a la orden del día.
4. Te acusan de sostener una teoría que en realidad tú no compartes. Ocasionalmente, tus lectores no entienden tu tono, o no saben interpretar un titular con gancho para captar la atención. A veces hay ánimo de ser polémicos, pero en otros momentos simplemente quieres conducir ese tráfico hacia tu post y una vez allí dar las explicaciones pertinentes y posicionarte de forma quizás radicalmente opuesta a esa primera impresión que has dado. Como estratega te darán un 10, pero como polemista ¡un 11! Prepárate para las críticas de quienes no te leen a pies juntillas, se saltan tu argumentación y pasan directamente al bloque de comentarios para ponerte a caer de un burro.
5. Sólo quieren hacer bulto y buscar visibilidad. Algunas empresas son muy dadas a este chanchullo, de forma que analizan los buscadores en pos de cualquier texto relacionado con la temática que les interesa y sin importarle si se trata de un blog personal o directamente de la web de la competencia, utilizan el espacio reservado a los comentarios de los lectores para hablar de lo suyo y descaradamente, insertar un enlace hacia la web que quieren promocionar. ¡Ole y ole! Con un par bien puesto. Déjate tú de pedir colaboraciones oficiales al blogger y mucho menos de pagar por su espacio, seguramente porque no disponen de presupuesto para estas acciones, cuando te puedes colar de semejante manera por la puerta trasera. Ante esta muestra de falta de profesionalidad y exceso de cara dura, yo opto por dejar el comentario sin el link directo. Hace bulto como una persona normal, a veces la información es medianamente relevante y les jorobo el plan de marketing on line.
¿Habéis notado alguna vez que ni siquiera la gente que os comenta lee vuestros posts?