Constancia. Esa es la clave del éxito del influencer que se repite una y otra vez. No hay más secreto: constancia y trabajo. Y una pizca de suerte también (o don de la oportunidad, como prefieras llamarlo). Pero, qué pasa cuándo nos da pereza? Cuando tenemos cosas más urgentes o importantes que hacer? Cuando nos invaden las responsabilidades y cargas laborales o familiares? Cuando hay enfermedades o retos o cambios de vida? Lo fácil es decirte que adelante, que puedes con todo, que no lo dejes ahora, que un esfuerzo no hace mal a nadie… Pero seamos francos, es más fácil desde fuera que desde dentro y todo el mundo tiene bajones de inspiración, productividad o tiempo. ¿Qué hacer entonces? ¿Dejamos el blog?
Ahí van algunas ideas que a lo mejor ayudan:
- Intenta organizarte y seguir adelante. Efectivamente ser constante tiene recompensa, ni que sea tu propio desahogo y satisfacción personal si lo haces por puro hobby.
- No te sientas culpable si has de bajar el ritmo. Pero en vez de desaparecer de pronto y volver a aparecer no se sabe cuándo y de cualquier modo, mejor avisa a tu comunidad y traza un plan de mínimos. Comprométete con ese plan. A ti te sentará bien no tirarlo todo por la borda y tener tu espacio. Y tu comunidad… Lo entenderán, no son tiranos. Te harán real, ser humano.
- Intenta programar al máximo: si tienes tiempos muertos puede que hasta consigas hacer post desde aplicaciones para móvil como las de WordPress o la de Blogger (es bastante mejor la primera, la verdad). Incluso puedes usar las notas de tu móvil o tu tablet, aprovechar el trayecto en bus o metro, la cola del médico o lo que sea. Para las redes sociales, ni que decir tiene que Tweetdeck, Hootsuite y otras herramientas pueden salvarte la vida.
En cualquier caso, es importante no agobiarse, si dejas de disfrutar con tu blog o tu canal seguramente no tendrá ninguna gracia ni para ti ni para tu comunidad, esas cosas se acaban notando. Está claro que si tienes compromisos pagados con marcas o que si llevas tu blog o tu canal como algo profesional, estamos hablando de otro cantar. Entonces lo que tienes es un compromiso laboral. Pero si no, intenta planificar al máximo y disfrutar del camino. Lo de ser influencer no es un camino de un día, ¿verdad? Pues mejor que sea placentero.
Yo quizá añadiría que lo de avisar a la comunidad sea en la redes sociales. A veces veo post de un párrafo en el que la bloguera de turno anuncia que se toma un descanso y me quedo pensando ¿para eso un post? Sólo es mi opinión, y la mayoría no tenemos formación de CM y aprendemos a base de cagarla, pero creo que tenemos que ser conscientes de que cada medio sirve para un propósito, no es lo mismo Twitter que Facebook, o Facebook que un blog.
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Tienes razón, Marta, cada red social para lo suyo. No obstante yo diría que puede que haya gente que vaya a parar al blog sin pasar por las redes y si el parón va a ser largo quizá vale la pena avisar. Eso sí, yo intentaría hacerlo de más de un párrafo, anunciar qué viene en el futuro, explicar el porqué del parón si es relevante… Por lo menos así no queda desangelado.
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En esas estoy yo en estos momentos, jo he dejado de publicar pero he bajado mucho el ritmo, mejor eso que agobiarme y acabar dejándolo.
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Efectivamente. Es cierto que la norma dice (y es cierto) que hay que ser constante, regular y publicar cuanto más mejor (y de calidad). Sobre todo para agradar al señor Google. Pero también hay ejemplos de influencers con éxito que publican una vez a la semana. Eso sí, con su rutina, constancia y sobre todo cálidad y distinción.
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