
Esta semana vamos a reírnos por no llorar, porque aunque los bloggers tengamos a veces mucha fama de pedigüeños, de informales y de traicioneros, hay responsables de marketing on line y organizadores de eventos que son como para echarles de comer aparte. Los bloggers podremos ser muy ingratos (que los hay) y con la malsana afición de deshacernos de las notas de prensa sin haber abierto el mail, ni mucho menos el archivo adjunto con las 100 fotos del producto de turno en máxima resolución. Pero ellos, a veces también descuidan muchísimo su profesionalidad. En una de mis primeras colaboraciones en TUBYSCU, os hablé de cómo gestionar a la perfección un blogtrip, a fin de que los participantes invitados se sientan en la gloria y retornen del viaje hablando maravillas de vuestra marca por doquier. En un plano más cercano y menos difícil de gestionar, la organización de eventos en diferentes ciudades, generalmente en las de mayor población o en aquellas en las que la marca tiene sede física, también se ha puesto muy de moda. Hay bloggers y periodistas (porque ambas faunas se mezclan en este tipo de saraos) que realmente disfrutan teniendo el privilegio de acudir a descubrir en primicia la presentación de un nuevo producto, servicio o cualquier cosa que queramos hacerles llegar antes que al común de los mortales. Suelen ser citas distendidas, entretenidas, bien pensadas para picar un poco (aunque algunos quieran volverse cenados a casa), hacer mucha vida social, nuevos contactos y para reencontrarse con otros compañeros bloggers conocidos en eventos similares. Sin embargo, en casi 3 años como blogger, me he encontrado despropósitos de todo tipo a la hora de organizar este tipo de presentaciones. A saber.
1. Querida bloguera: te invito a un evento en México. Y no una vez, sino decenas de invitaciones para descubrir cereales de desayuno he recibido para pasar una tarde de merienda en el DF. Que no es por no ir, pero desde Barcelona el camino se me hace largo. No me quejo de que no me vayan a pagar el viaje ni la estancia (es que sería una locura) sino de que teniendo bien visible en mi blog y redes sociales mi ciudad de residencia, los encargados de establecer el contacto con los bloggers tengan tan poco cuidado a la hora de realizar una primera selección y de filtrar sus bases de datos.
2. Querida bloguera: tú corres con los gastos de desplazamiento. Esto ya es el sumum del despropósito. No sólo está fatal que invites a conocer una nueva colección de moda en una de las tiendas de la marca en Madrid, cuando el blogger vive en otra ciudad, sino que encima pedirle que se pague el viaje si le interesa estar de cuerpo presente… pues como que no. Un blogger puede tener mucha devoción por conocer en primicia las novedades de su sector, pero también suele tener un presupuesto nulo para ir haciendo viajes de acá para allá. Sobre todo si el blog es una afición y se ganan la vida con otro trabajo. La disponibilidad puede ser casi inexistente. Aunque incluso peor es que le digas que se organice el viaje para ir, y cuando te comunique el precio del desplazamiento, no tengas presupuesto para traerlo y le hayas hecho perder el tiempo organizándolo.
3. Querida bloguera: hemos elegido el peor horario del mundo. Seamos coherentes. Si vamos a invitar a bloggers y periodistas profesionales, tendrán un rango amplio para poder acudir a los eventos que organicemos, incluso aunque el horario pueda resultar un disparate, pero mejor en su horario laboral. A mí me han llegado a invitar a actividades relacionadas con la maternidad que comenzaban a media noche cuando mi hija sigue siendo un bebé lactante con el que colecho. La noche, para la mayoría de las madres, es una franja temporal ya desconocida. Igualmente, los viernes por la tarde o actividades de fin de semana, suelen ser acogidas con recelo porque invaden el tiempo libre de los bloggers. Aunque si nuestra intención es agrupar a bloggers profesionales con otros aficionados, no nos quedará más remedio que hacer malabarismos para mantenerlos a todos contentos.
4. Querida bloguera: este evento no es apto para niños. En otros sectores no se dará esta casuística, pero como me muevo en el ámbito de la maternidad, este es mi pan de cada día. Si organizas un acto en el que los niños no van a tener un lugar para ellos, hazlo durante el horario escolar y no justo a la hora de la salida del colegio, cuando sus padres no tienen forma humana de dejarlos a cargo de otras personas. Y en el sentido contrario, si el evento no está diseñado para niños, no jures y perjures que los pueden llevar, porque el desastre puede ser de magnitudes impresionantes. Desde niños desatendidos que generen un caos nunca visto, hasta la posibilidad de que sufran algún accidente mientras sus padres andan reunidos y confiando en que alguien los está vigilando. En ocasiones, por tal de facilitar la asistencia de los bloggers, se les permite traer a sus hijos y al final todo resulta un despropósito, porque ni los niños están a gusto ni los padres se enteran de la misa la media.
Como bloggers ¿os habéis visto alguna vez en estas situaciones al recibir invitaciones para eventos? Como marca o agencia de comunicación organizadora ¿soléis tener éxito en vuestras convocatorias?