Archivo de la categoría: #WithLove: relaciones 2.0

De las relaciones en donpuntocerolandia y en la blogosfera, de verdades que a veces no se dicen o de mentiras incómodas que se ocultan… Todo dicho con mucho, mucho LOVE. #ConMuchoLOVE #WithLove

#AsíNo: Terror al contenido copiado y otras pesadillas de blogger

Lo entiendo, crear contenido es difícil. Ser original es cada vez más complicado. Y total, Internet es muy grande y ya hay mucha información, para qué matarse pudiendo tomar prestado?

No es que lo entienda, es que lo sé. Que crear es complicado y tedioso y difícil. Que ser original cuesta. Por eso hablo dejando las entrañas en mi blog, porque si hablo de mí y mis experiencias y hago mis reflexiones es posible que tenga un estilo propio y post personales.

Pero, eh, oye 👋

Sí, tú… El que busca y encuentra en Internet. El que fusila textos y se los atribuye sin una triste cita del origen… El que cuelga fotos ajenas 😱😱😱😱 y además de niños 😱😱😱😱😱😱😱😱😱😱😱

Una cosa te voy a decir:

#AsíNo!!!

Nunca.

En los mandamientos de la blogosfera está claro: «NO COPIARÁS». Nunca.

En todo caso:

  1. Saludarás y comentarás el blog que tanto te inspira.
  2. Si quieres citar el post, pondrás comillas, dirás quién es el autor, pondrás un link al contenido original y te asegurás que tu cita no excede el 20% del total del post.
  3. Si lo que quieres es repostear el contenido íntegro, pedirás permiso y esperarás a tenerlo antes de hacer nada. Si te dan permiso, genial, repostea y sigue los mínimos de la buena educación (citar, poner link al contenido original y dar la contraprestación que te pidan). Y si no te dan permiso, sigue buscando o escribe tú.
  4. Las fotos no son tuyas. Busca en bancos de imágenes que hay cientos con imágenes gratuitas. O sigue el paso 3 con las fotos.
  5. Y si te pillan, pude perdón por lo menos!!! Y ofrece solución y compensación!!!!

Aish… Lástima que los Ladrones de contenido del mundo no me leerán.

Pero oye, que siempre puedes hacer como muchas blogueras indignadas que no callan y gritar bien fuerte #asíNo mientras denuncias a San Google y pides explicaciones a los usurpadores!!!

Eso después de haber mirado, como dice ella:

En este post explican qué hacer si te copian.

Resumen: Si encuentras contenido plagiado, habla con el copiador o denuncia a Google.

No seas inconsciente. Piensa antes de hablar. 

No deja de sorprenderme la estup… digo, la inconsciencia humana. De verdad, me supera. Quién te ha dicho, alma cándida, que estar detrás de una pantalla te protege de tus propias palabras. No recuerdas el sabio refranero? Por la boca, queridos, muere el pez. Por la boca, por el tuit, por el post de facebook, por el blog, por el vídeo… Que sí, que sí, que tienes derecho a la libertad de expresión y de opinión. Que fue un calentón. Que te confundiste. Que el dedo se fue solo. Pero… Recuerdas aquello de «no hagas los demás lo que no quieres que te hagan a ti»? 

Tu derecho a la libertad de expresión choca con el derecho al honor del otro. Con el derecho a la intimidad. Con el sentido común, incluso. 

Vamos a tener que recuperar la queja de bar, gente, así por lo menos solo quedas como un imbéc… Digo, un inconsciente, ante el camarero de turno, que tiene inmunidad ante la estupid… digo, la falta de tacto y poco don de la oportunidad. 

Veamos…

  • Tras tu queja hay personas
  • Tras tu lamentación hay empresas que luchan por sobrevivir y hacerlo lo mejor posible
  • Tras tu comentario hay consecuencias en tu entorno y para tu imagen

Antes de hablar piensa bien: 

  • Mi comentario sirve para algo? Arregla o soluciona algo? 
  • Hago daño a alguien? O a su imagen? 
  • Cómo me percibirán quienes me lean? Qué imagen doy? 
  • Comprometo a alguien más de mi familia o a mí empresa con lo que digo? 

Piensaaaaaa…

  • «Es una estafa»… Vale, estás enfadado, pero la ESTAFA es un delito. Seguro? Leíste bien la letra pequeña y puedes seguir afirmando una acusación tan grave? 
  • «Ojalá te mueras»… Vale, te cae mal, no comulgas con sus opiniones o actos, pero… La muerte? En serio? Eso donde te deja a ti? 

Para muestra un botón: Por el tuit muere la tuitera. 

Te lo dice hasta Madresfera en este interesante podcast… 

Ayer subimos un podcast atemporal, amiguitos, que podéis escuchar, compartir y recomendar a todos los usuarios de redes sociales, bloggers, podcasters etc porque lo que hablamos con nuestra abogada madresférica Ana Spinola de Ad&Law se puede aplicar a todos los que usamos canales de difusión y redes sociales.

La conclusión: antes de hablar/escribir, párate y piensa. 

De nuevo: Ojo con lo que compartes y comentas en redes sociales, por tu marca personal, por tu empleo, por la marca de tu empresa y porque tiene consecuencias legales! Estar al otro lado de la pantalla no te inmuniza de nada! 

Querido influencers: Menos lobos. Te ofrezco lo que puedo. 

Queridos influencer: partamos de la base que mis intenciones son buenas. Que como marca (o en nombre de la empresa x) te ofrezco lo que puedo. Que quiero ser justo en el trato y que intento que todos ganemos, yo difusión, y tú algún contenido que te pueda interesar, producto y dinero. Sí, soy consciente que tu posicionamiento y tu comunidad te han costado tiempo, esfuerzo y hasta dinero. Sí, soy consciente que hacer una foto y publicar un post y luego gestionar comentarios y reacciones tiene su trabajo. Soy consciente de todo ello y por eso intento que nuestra relación sea de win-win. 

Te pido por favor, querido influencer, que no me presupongas mala gente, un aprovechado que se hace de oro a tu costa ni un caradura de si-cuela-cuela. 

No dudo que has tenido malas experiencias con empresas poco serias que pedían el oro y el moro por nada o que después de todo el trabajo, el trato quedó en agua de borrajas. Pero yo también, como empresa, he tenido malas experiencias con compañeros influencers que tras recibir lo pactado no cumplieron con los mínimos acordados. Y sin embargo, amigo influencer, no te juzgo a ti por la mala praxis de otros. Sería injusto, verdad? 

Querido influencer, a veces, cuando te ofrezco algo como muestras de producto más una remuneración baja (como 50€, por ejemplo), es realmente lo máximo que te puedo ofrecer. No todas las empresas son grandes magnates con beneficios de récord Guiness. A lo mejor soy un autónomo, un emprendedor o una PYME que intenta abrirse un hueco. 

Por supuesto, puedes rechazar mi oferta. Porque es una oferta. 

  • Por supuesto podemos intentar negociar: más producto, un poco más de remuneración, una colaboración de varios post… Entonces podré decidir que como menos colaboraciones y reparto más entre menos gente, por ejemplo. 
  • Por supuesto, entiendo que tengas contratos con mi competencia y que no me puedas ayudar. Es lícito y admiro que respetes el acuerdo; si lo tuvieras conmigo también querría que lo respetaras. 
  • Por supuesto, entiendo que tienes un caché al que, por ahora, quizá, no puedo llegar. Pero quién sabe, puede que en el futuro sí pueda. No te cierres puertas reaccionando con cajas destempladas. 
  • Por supuesto, entiendo que mi producto no te interesa, no te convence, no va contigo o que tienes dudas éticas o lo que sea. Que quizá no tiene nada que ver con tu comunidad. Pero si me planteas tus dudas quizá tenga respuesta. 

Es increíble como los influencer más grandes, con miles y miles de seguidores y representantes te responden «no» con mucha educación. Y como, sin embargo, otros de mil y poco seguidores a los que has contactado humildemente porque te gustaba su perfil (porque te lo curras y antes de contactarles has mirado qué hacen, cómo lo hacen, qué les gusta…) te responden muy indignado y enfadados que tu propuesta es indigna y una vergüenza y otras lindezas que no viene a cuento reproducir. No hace falta. Sé que eres influencer, pero grande, pequeño o mediano, la buena educación y las formas por delante: menos humos, menos lobos caperucita. Que no he visto egos más inflados ni tanta susceptibilidad como en este mundillo. Bastaba con un «No me interesa» o un «mis condiciones mínimas son x». El ego mató al influencer. 

    Querido influencer: Mi puerta está abierta. No me la cierres en los morros, por favor. Hablemos 😉 

      En blog cerrado no entran moscas

      Ni en el blog ni en el canal YouTube ni en tus redes sociales: si no quieres que se sepa ni se comente, mejor cierra la boca 2.0. 

      Recuperó hoy un post que escribí hace meses… Y sigue sirviendo! 

      Porqué no debes escribir todo lo que piensas… Empecemos por el principio…

      En blog cerrado no entran moscas

      En blog cerrado no entran moscas

      No vayas a escribir en tu blog todo lo que piensas, que como dice el refranero popular (a veces tan sabio), «en boca cerrada, no entran moscas». O en versión actualizada, «en blog comedido no entran trolls«, o moscones… Aunque no era tanto por los trolls que yo me preocupaba, si no por la imagen de marca personal que te puedes granjear por unas palabras mal medidas o por un impulso no refrenado. Vamos, que volviendo al refranero, si no quieres que te llamen «mataperros» mejor no hagas ver que has matado a ningún chucho.

      La verborrea dospuntocero es el peligro de la red: 
      Las redes sociales, los blogs e Internet en su conjunto tienen muchas ventajas y posibilidades. Pero si algún peligro acecha tras la facilidad con que podemos comentar, opinar, compartir y debatir (en un sólo click) es lo que llamo la verborrea dospuntocero. Me declaro sinceramente sorprendida de lo que alguna gente comparte a veces: comentarios negativos contra le jefe, cotilleos malintenacionados de algún compañero o supuesto «amigo», críticas feroces y destructivas que algún famoso se ha, supuestamente, merecido, el pobre, mensajes desoladores de un pesimismo que le hunde a uno la mañana e incluso el día entero como si de un cielo plomizo se tratara, imágenes de dudoso gusto (de niños con cáncer, mujeres pornografiadas, chistes sexistas y demás lindezas) y opiniones… 

      ¡Qué decir de las opiniones que algunos dejan en los medios digitales! Son, a menudo, agresivas, poco razonables, incluso amenazantes o insultantes, o racistas, o clasistas, o con istas que te hacen reflexionar seriamente sobre el nivel de la raza humana. Con lo mucho que me suelen gustar las argumentadas (y filtradas, ese supongo que es el quid) cartas al director de los diarios, y el bajo nivel que suelen tener algunos comentarios en la prensa online.
      La cuestión es que que esta facilidad da lugar a que, a veces, no tomemos conciencia de lo que los demás pensarán de nosotros cuando vean nuestros mensajes. Y es que decimos mucho, muchísimo más de lo que pensamos estar diciendo. 

      Soy consciente que mis propios mensajes en este blog y mis redes sociales dan mucha información sobre mis gustos, mis hábitos, mis opiniones políticas, mis lecturas, mis conocimientos, y sobre todo mis desconocimientos, mis debilidades, mis alegrías, mis penas… Y ahí queda para la posteridad gracias a Mister Google para quién quiera googlearme.

      No pasa nada, podemos trabajarlo, llevar a que esos mensajes den información relevante de nosotros que queremos que sea encontrada. 

      ¿Pero qué pasa con aquellos mensajes implícitos que no quisimos dar pero que sin embargo influirán, quizá, en un proceso de búsqueda de trabajo, un ascenso laboral, o sin entrar en el terreno pecuniario, en una relación personal que queramos iniciar? Habríamos de ser conscientes de ello.

      Aún así se nos escapará algo. 

      Aún así habrá amigos incondicionales que nos apoyarán. 

      Aún así habrá quién no quiera saber nada de nosotros porque no le dimos buen «feeling». 

      Piensa antes de escribir
      No digo que tengamos que andar autocensurándonos
      todo el día, ni que perdamos la naturalidad. Yo me siento bien con mis ideas, por eso las tengo, y no me cuesta admitir que he cambiado de opinión o que me equivoqué (aunque es un rollo porque puede que haya gente que no llegue a este punto y se quede con lo que dijiste en su momento).
      Pero, por ejemplo, he tenido días grises que me moría de ganas de contar alguna situación que me parecía escandalosa y que cuando estaba a punto de enviar (llegué a escribirlo, sí) pensé: «con lo optimista que soy normalmente, voy a quedar como una ceniza«. Todo el mundo tiene días malos, pero no es necesario compartirlo en el blog. Es como quién en las discusiones de pareja dice cosas de las que se arrepiente luego en pleno calentón. ¿Verdad que es mejor callarse?

      En fin, sigo dando vueltas a un comentario machista que me ha dolido a la vista en una red social (de ahí vienen estos barros). Sinceridad, autenticidad, coherencia… Sí. Pero, por favor, si has tenido la paciencia de leerme hasta aquí:

      • Ten cuidado con enviar un correo electrónico desde «soyunachicasexy@hotmail.com» para buscar un trabajo que nada tiene que ver con ser striper, modelo de Interviú o algo similar. 
      • Ten cuidado con compartir fotos de tus amigos borrachos o de la pinta (lamentable) que tenías tras la última juerga. 
      • Ten cuidado con decirle a tu jefe que no puedes ir a trabajar por un virus intestinal si luego vas a publicar en Facebook que estás en la playita tomando el sol (en realidad, está feo que lo hagas, pero si vas a hacerlo igualmente, no hace falta que lo digas a los cuatro vientos). 
      • Ten cuidado con revelar información personal, íntima y comprometida de tus amigos o compañeros, seguro que no te gustaría que lo hicieran de ti (y acumulas números de que suceda si tú también lo haces). 

      En fin, no me cansaré de decirlo: Sentido común, por favor.

      Y si me unfollowean, yo qué hago? 

      Querido Dr. TUBYSCU… Estoy en un sinvivir tueteristico… Que digo yo que está feo que te folloween, y que tú con toda la ilusión le sigas a tu vez haciéndote la súper agradecida con bienvenida y follow friday y todo, y luego resulta que te unfollowean y del interés que tenían por tí, nasti de plasty. Pero claro, a mí me da apuro unfollowear como revancha, ya lo dice mi madre que estoy atontoliná, y ahí estoy siguiendo gente que de entrada no me interesaba y que encima me han abandonado antes de empezar. Qué puedo hacer si me unfollowean? 

      Tuitera desbordada por la nettiquetta

      Querida tuitera,

      No te dejes desbordar por desalmados que no saben de nettiquetta ni de formas a secas. Seguir para dejar de seguirte cuando han conseguido tu follow está muy feo. Pero vamos, que por debajo de la compra de followers al peso, que está muy feo, están estos subterfugios recomendados hasta en la academia de Community managers. Te dicen, «sigue a 100 a la semana», y cuando acabe esta dejas de seguir a los que no te hayan devuelto el follow. No es bien bien lo mismo ni tan feo como directamente seguirte y dejar de hacerlo en cuanto consiguen tu atención, pero un poco feo sí. Es como si aquello de la comunicación y las relaciones iones hubieran perdido peso, qué lastimica… Es que soy un románico de las redes empedernido, qué le vamos a hacer. La cuestion es que yo si fuera tú dejaría de guiarme por el ego y los piropos. Lo suyo es que sigas a quien te venga en gana por tus intereses y tal. Nada de devolver follows porque sí. Y si dejan de seguirte justo después de obtener tu preciado follow back puedes replantearte si realmente quiere seguir siendo amigo de esa persona. Que te interesa, sigue, y dile un viernes #FF a @menganito que descubrí porque me siguió y le seguí pero que por error ha dejado de quererme. Vuelve! Lucha por lo nuestro! Al resto o les ignoras o les pegas un rapapolvo en plan #asíno #hombreya! Siéntete libre de, con buenas maneras, sacarle los colores al que olvida la nettiquetta 😉

      ¿Dios? Es el azar que usa seudónimo

      Me regalaron una máquina de escribir cuando tenía…¿doce años?, sí, creo que fue así. De eso hace algunos «cientomiles» de días y… ¡contigo empezó todo, máquina de escribir!. Por esas cosas de la vida, del azar, de Dios o de seudónimo, encontré este blog. Fall in love total, y contacté con Celia. Alguien dijo (cuando no se sabe quién fue le llaman anónimo) Rectifico pues… Anónimo dijo que «La casualidad nos da siempre lo que nunca se nos ha ocurrido pedir» y eso es lo que me ha pasado a mí. En resumen y para abreviar;

      TengoUnBloglogoV1YVoyAAprenderAUsarlo.
      Gracias Celia, por darme esta oportunidad.

      Algo sobre mí; soy Adela, estudiante de Comunicación en la recta final del Grado. Ya acabo ¡por fin!

      ¡Contigo empezó todo, máquina de escribir!

       

      NOTA DE TUBYSCU: Recordad que Adela está haciendo un estudio que ha de entregar ¡ya! ¿Quieres ayudarla a descubrir si ser influencer es una profesión o no? No tienes más que responder a su sencilla encuesta. ¡Date prisa! Luego compartirá con TUBYSCU las conclusiones 😉 

       

      El primer cumpleblog y el futuro de TUBYSCU

      Hace un año que nació TUBYSCU en un período semivacacional como este (véase, niños con los abuelos y padres trabajando con las tardes libres). Nació con gran impulso y mucha ilusión, es lo habitual en los nuevo proyecto y este no fue una excepción. Este espacio de reflexión para todos y entre todos sobre las relaciones en dospuntocerolandia y sobre todo entre influencers y marcas y viceversa ha ido publicando durante este año y ahora es momento de tomarse una pausa, reflexionar y ver cómo continúa el proyecto, hacia donde evoluciona, si incorpora más temas o no, más colaboradores o no, temporales u ocasionales o fijos… Todas estas cuestiones están ahora sobre la mesa y no son baladíes. Es por eso que en este primer cumpleblog quiero hacer tres cosas:

      Agradecer a todas las personas que desde el principio colaboraron con sus ideas, impulso y buenas energías en este blog.

      Agradecer a los lectores que nos han acompañado desde el inicio en esta aventura. Tenéis la voz, si tenéis sugerencias soy toda oídos.

      Recomendaros los 5 post más leídos durante este primer año como homenaje a nuestro primer cumpleblog.

      1. Entrevista a los YouTubers Olga y Antuán, que ahora mismo están cosechando éxitos (felicidades, chicos, buen trabajo)
      2. Laura Yanes, cuánto cobra un YouTuber
      3. Cuánto ha de cobrar un influencer: resultados de la encuesta
      4. Mamá, quiero ser YouTuber: por qué abrir un canal
      5. Sólo por ser blogger no te mereces un regalo

      Y con este primer cumpleblog reflexivo os dejo, ¿y qué sean muchos más? 

      Continuará… 

      El influencer no necesita al periodista

      Querido periodista: siento desilusionarte. Tú que eras el adalid del cuarto poder y te veías perseguido por los gabinetes de prensa que mendigaban tu atención, ahora resulta que hay quien no necesita tu poder. Lo que es peor: no lo quieren (no lo buscan, ni lo agradecen siquiera). Y es que el influencer, cuando es de verdad, se basta consigo mismo. Hay que empezar a pensar seriamente en la relación medios de comunicación / influencers, a bajarse del burro y a hacer uso del sentido común. Ahí va un porqué de este post con ejemplos y un decálogo para las buenas relaciones periodistas / influencers.  Sigue leyendo

      no mientas en la red

      Inventarse una vida no es ser influencer

      Alucinar es poco: lucrarse con un blog inventando que te has curado de cáncer terminal es ser estúpido, un fraude y jugar con la salud de los demás. Eso no es ser #influencer. Estoy hablando de «La historia de la bloguera que se inventó un cáncer cerebral» que hace unos meses se desveló en los medios. Y es que llevo tiempo dando vueltas a este post sobre la mentira, el lucrarse y los blogs. Por eso he buscado algunos casos más de mentiras descubiertas y me ha dado por reflexionar sobre lo lícito o no de esta práctica.

      ¿Hay muchos casos de mentirosos en las redes? 

      Yo diría que hay muchos mentirosos en la vida misma y en las redes, como todo, se magnifica y multiplica por la facilidad que da la propia red y el modo de relacionarse en ella. Puedes crearte infinitas cuentas, poner fotos de perfil que no son tuyas, trucadas o de hace mucho años (cuando pesabas 20 kilos menos y no tenías canas). Puedes hacer creer que vives en un lugar distinto al real. Puedes relacionarte con miles de personas que no te conocen de nada y crear a tu gusto la historia. Puedes ser simpático y extrovertido cuando en realidad eres tímido. Puedes ser hombre siendo mujer o viceversa. Puedes ser joven de nuevo, o guapo, o cualquier cosa que desees ser. Y claro, eso es muy goloso si además sumas tus propios complejos e inseguridades. Pero es que además, los expertos hablan de un factor que hace que se repita en las mentiras: el éxito de la propia mentira. ¿Has conseguido con una mentira lo que querías? ¡Vas a repetir, seguro! De ahí al vicio, hay poco. 

      En fin, que sí, que he encontrado casos de mentiras flagrantes:  Sigue leyendo