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No usarás el hashtag en vano 

– Hombre, Celia! Tú por aquí!!!

– Ay sí – con cara avergonzada de circunstancias y mirada a la punta de los zapatos… – Es queeeee… La vida, el post diario en hayqueserpositivo.com (que es una temática más libre y menos pro que me inspira un poco más tras el trabajo continuo en comunicación), es que el blog de los mellizos también lo tengo pelín desatendido, es que el trabajo (infinito), es que…- 

– Bueno, bueno, excusas!!! Querer es poder, es cuestión de organizarse, tienes que priorizar, y bla y bla y blablablá…

– Glups, vaaaaaale… cosas que hago y nadie que quiera evolucionar con su blog o canal debería hacer: 

  1. Ser inconstante: dos post por semana por allá, el silencio absoluto por allí. MEEEEEC! 
  2. Desaparecer en las redes: mutis por el foro es para el teatro. Seguro que como mínimo hay post interesantes que compartir… Sí, la curación de contenidos también lleva tiempo. 
  3. No responder ni comentar: lo de tener comentarios moderados está muy bien… Siempre y cuando moderes… 
  4. Ser fiel a ti y a tu público: está feo eso de cambiar de temas o ritmos de publicación de pronto. 
  5. Disculparse… todo el rato. Pedir perdón por desaparecer está bien pero tampoco puede ser que estés todo el rato justificándote.

– Pero oye, esto no iba de hashtags? 

– Ay madre, es verdad!!! Yo pasaba por aquí después de tanto tiempo con un mensaje importante; No usarás los hashtags en vano!!! 

Que las almohadillas seguidas de esas palabras y tan majas sirven para que la gente localice publicaciones de su interés. Por eso: 

  • Poner un hashtag que no viene a cuento es como mentir. Tus seguidores pensarán «una y no más, Santo Tomás». Si pones #sinfiltro, es que la foto es «sin filtro», si hablas de #sexo, hablas de eso y no de la empanadilla de la tía Encarni. Que no nos engaaaaaaañeeeeennnnn. 
  • Cuánto más mejor… NOOOOOOOO!!! No seas pesao! 
  • Pa’ qué pones hashtags en ruso si no tienes ni idea de ruso… En cristiano, por favor (lo que sea cristiano para ti, que si escribes y hablas multiidiomas, puedes multihashtaguear.
  • Medida creativa: sí, #yotambiénonventohashtagsmoloneseinfinitosquenocabenentwitterninadierecuerda… Uno hace gracia, pero no hagas el post entero así que es difícil de leer. 

Y… Colorín, colorado, a ver si vuelvo pronto a vuestro lado 😉 

No usarás los hashtags en vano

No usarás los hashtags en vano

Influencer, protégete

Querido influencer, 

Después de mucho esfuerzo, de tiempo y hasta dinero invertido, tu blog o tu canal YouTube o tus perfiles están tomando forma. Tienes contactos, comentarios, comparticiones, una bonita comunidad y hasta haters. 

Has dado un paso más allá y has profesionalizado la web, con dominio propio, diseño, incluso un agencia que te representa. Perooooo… Has tomado las precauciones básicas para que no te roben, suplanten o chantajeen? Ojo… Protegete: 

  1. Tu dominio es tuyo: ten claves, DNS y toda la información a mano. 
  2. El hosting también… Y el acceso a la web… Todo tuyo! Mantén el control de tus datos y los accesos. 
  3. Si alguien tiene tis datos para gestionar por ti perfiles, publicidad o lo que sea, mejor si le das un acceso que no sea el tuyo y a ser posible con permisos restringidos. Si es suficiente con ser «moderador» o «autor», porqué das permisos de administrador? 
  4. Cambia tus contraseñas regularmente. Sobre todo si dejas de trabajar con alguien que tenía accesos. Haz limpieza. 
  5. Revisa qué herramientas usas, descarta las que ya no utilices y revoca permisos. 
  6. Haz copias de seguridad. De todo. De la web, del código, las fotos, los post, los vídeos, el material en bruto… Ninca se sabe. 
  7. Recuerda, tu imagen eres tú y tú eres tu canal, que no te suplanten. Si alguien habla por ti, que las pautas estén muy claras: qué decir, en qué tono, qué no decir, vocabulario… 
  8. Cumple las normas de las redes con que trabajas, no vale la pena arriesgar tu esfuerzo por hacer las cosa mal (tener un perfil personal en vez de página en Facebook, por ejemplo). 
  9. Respeta y te respetarán. Hazte valer pero siempre con buenas formas. 
  10. Consejo final: toda precaución es poca. No te la juegues. 

Y tú qué precauciones sigues? 

Yo no sé decorar mi vida 

Querido Dr TUBYSCU, 

Voy directo al grano: no sé mentir ni decorar mi vida. Y así me va en las redes sociales. Es que mi vida es aburrida y hasta cutre, y claro, mis fotos son aburridas y cutres. Pensaba que con cuatro hashtags estratégicos como #mividanoespinterest o #reallife me iría mejor, pero es que no me siguen ni mis mejores amigos. Cómo debo hacer para tener éxito en las redes? Mi futuro profesional va en ello. 

Futuro Community preocupado por su ratio de followings y ya no hablamos del engagement. 

Querido futuro «voy a trabajar de otra cosa que esto de las redes es más duro de lo que pensaba», 

No es por desanimarte, pero me temo que tendrás que aprender interiorismo, decoración y hasta arquitectura social media. Chico, lo aburrido, a no ser que lo hagas con mucha gracia o patetismo a niveles estratosféricos para que te sigan pasa reírse de ti en vez de contigo, pues no mola. O empiezas a lucirte o no te comerás ni un torrao! A ver, no digo yo que seas el mejor fotógrafo del National Geographic, ni que seas el redactor del próximo premio Pulitzer, pero algo de chicha deberías poner. Vamos, unos filtros, una buena iluminación, frases ingeniosas, citas poco sobadas -si las encuentras-… Que no es mentir, es mostrar lo mejor de tu día y dejar que el mundo crea que tu vida siempre es en fosfórito. Eso, o cambia de planes para el futuro laboral que la vida del Community es dura y muy mentirosa! 

Te dejo un chiste para que reflexiones con humor: 


Fuente: http://www.dotpod.com.ar/la-verdad-acerca-de-los-usuarios-de-instagram-humor/

Palabra de influencer o publicidad encubierta? 

La cosa -de los Influencers- se pone seria. Parece que sí va a ser una profesión y que hay que regularla. En los EE.UU. ha empezado el debate sobre si lo que hacen youtubers, instagramers y bloggers es publicidad encubierta o no. Y parece que el diagnóstico es que sí… Eso querría decir que a partir de ahora toda publicación pagada que haga un influencer debería advertir que es publicidad y atenerse a la legislación sobre la misma. No hablemos ya de los impuestos. 

Una interesante noticia de La Vanguardia se preguntaba Se les ha acabado el chollo a las Blogueras? 

Que las blogueras cobran dinero para sacar productos en sus redes sociales y en sus blogs no es ninguna novedad. Ha llegado un momento en el que lo raro es que no pidan nada por ello. El problema está cuando este tipo de publicidad encubierta se compara con la que tienen que hacer habitualmente el resto de mortales. Según determina la ley, y que aplican en todos los ámbitos y si no se les sanciona, se debe indicar cuando se está haciendo publicidad, sino es como si fuera encubierta y, por lo tanto, se podría considerar delito por publicidad engañosa.

A mí, personalmente, me parece obvio pensar que lo que lucen y promocionan los grandes Influencers es publicidad. Ahora bien, es cierto que si no te advierten no sabes si todos los post son patrocinados y tampoco sabes si al ser patrocinados son menos sinceros. Con bloggers y demás fauna de influencia online pequeñas las cosa se desdibuja aún más porque es cierto que a veces, muchas incluso, critican positiva o negativamente productos que se han costeado. O los han recibido gratis, pero eso no ata la opinión sincera tanto como unos cuantos miles de euros o dólares o incluso un contrato recurrente. 

Luego está la cuestión del control: los Influencers suelen guardar celosamente su derecho a opinar libremente, su estilo y su libertad creativa. Las marcas que pagan post patrocinados pueden imponer cierta condiciones como un vínculo x, un código descuento, una puntualización importante. Pero las marcas no dictan su guión, eso es sacrilegio! 

Siguiendo la estela del último post de Adela, nuestra nueva colaboradora, y su trabajo sobre si ser Influencer es o no una profesión, la siguiente pregunta parece obvia. Así que el debate está servido: 

  1. -todo lo que dice un influencer es publicidad? 
  2. -cómo identificarlo? Como publi reportaje?  
  3. -cómo reaccionarán sus seguidores? Eran conscientes? 

Trabajos del siglo XXI: humor influencer 

Para acabar la semana de buen humor, quiero compartiros una joyita que he encobrado en la red, de esas de humor certero y algo ridiculizante para pensar un poco y hacer algo de autocrítica. Para ver los originales y todo el listado de trabajos del siglo XXI primera y segunda parte os recomiendo estos post: 

   
    
 Feliz fin de semana 🙂 

Chistes de bloggers e influencers

La vida del influencer es dura. Y si lo hace por amor al arte más. Y si combina con trabajo, y familia tiene vida, más, más y más. Pero sarna con gusto no pica y ya se sabe que a esto de ser Blogger, youtuber, instagramer y demás se le coge el gusto. 

– Qué pasa con la regularidad y la constancia, Celia? Esta semana has estado perdida…

– La vida, pasa, mire usted… 

Perdonadme los silencios, hay post en cocina pero en proceso de cocción. Así que para que me perdonéis el desaire, ahí que os dejo unos chistes de bloggers que me han hecho gracia. Se pueden aplicar a cualquier influencer vecino, ojo 😉 

Va por vosotros! Feliz finde 🙂 

   
    
    
   

Escoge de qué hablar… Y de qué no! 

El «fuera de plano» es un concepto que los creadores audiovisuales tienen muy claro. Juegan con él, se hacen los misteriosos o simplemente omiten. Y es que hay una marcada opinión, un sentido editorial, en lo que escogemos no mostrar, en los temas que no tocamos, en lo que silenciamos y obviamos. Te has parado a pensar dónde está tu límite? De qué quieres (y puedes) hablar y qué es lo que dejas fuera?

  Recientemente la influencer en instagram con más de 712.000 seguidores, Essena O’Neill, abandonaba la red social porque aseguraba que esa «no es la vida real» y desvelaba sus trucos y falsedades. Al leer el artículo de El País La estrella de Instagram revela sus engaños pensé que era otra que había inventado todo para lucrase. Pero en realidad es más bien una denuncia sobre la obsesión a que se puede llegar por agradar a un público y las horas y montajes que hay tras una imagen o una vida aparentemente idílica. Muchos estudios demuestran que lo que compartimos en las redes sociales es sólo una parte concreta de nuestra vida e idiosincrasia y por eso conviene reflexionar sobre cuánto hay de verdad o mentira en ese amigo que parece vivir en vacaciones eternas a juzgar por sus fotos de Facebook. Es más, si antes publicaba y antes no, y es realmente tu amigo, llámalo. Tiene pinta que pasa por un mal momento. 

Pero volvamos a los influencers: los seguimos, creemos y adoptamos como parte de la familia virtual por su cercanía. Pero quizá nos falta un punto crítico como seguidores para darnos cuenta que obviamente no es oro todo lo que reluce. En el artículo de El País, reproducían las palabras de la instagramer:

El 27 de octubre, O’Neill eliminó más de 2.000 fotografías que había compartido con otros usuarios en Instagram «que no sirvieron para otro propósito que no fuera la auto promoción» y creó una página web para ayudar a otros adolescentes y jóvenes a desengancharse de los follows y los likes, relata la modelo. En su sitio Let’s be game changers (vamos a cambiar el juego), la australiana comparte vídeos y textos en los que relata y confiesa sus sentimientos y hasta ha escrito su declaración de principios —veganismo, salud mental, física y espiritual o preservación del planeta Tierra, entre otros—.

(…) O’Neill consiguió incluso que diferentes marcas le pagaran por lucir sus productos. «Ganaba 1.300 euros fácilmente por un post», cuenta la joven. Por una fotografía —aparentemente natural— en la que aparece sonriendo, con un vestido marinero y bebiendo zumo, la australiana ganó 365 euros: «Por aquel entonces, tenía 150.000 seguidores; con medio millón supe que muchas marcas online pagaban 1.800 euros por una imagen. Esta fotografía no tiene sustancia. Tened cuidado con lo que promocionan las personas y preguntaos a vosotros mismos: ‘¿Cuál es su intención detrás de la foto?», dice O’Neill. 

Por otro lado, en un excelente post sobre si los fans son y se tratan como borregos o no por parte de influencers y marcas subyace una reivindicación: los lectores o seguidores de un canal no son tontos y tienen criterio. 

  
Olga y Antuan reflexionaban hace poco sobre mostrar o no a su hijo menor y porqué. Este es otro de los grandes debates: la seguridad del menor (y el adulto), la responsabilidad, si dar detalles, cuáles y hasta dónde. Os recomiendo su reflexión: 

 http://youtu.be/dZlOvUkLZbw 

Al final, a mi entender, todo se reduce a tener sentido común. A tener claro desde un principio lo que enseñamos, lo que no, a quién, cuándo y de qué modo. Efectivamente tener un blog o canal YouTube u otro canal en el que nos sigan más allá de nuestra casa y vecindario nos expone a los demás. A su curiosidad, su crítica, incluso su fanatismo si lo hubiera. Eso comporta una responsabilidad para con nosotros, lo que mencionamos y para con nuestra comunidad. 

Y tú? 

Dejas muchas cosas fuera de plano? Te has parado a pensarlo conscientemente y a actuar en consecuencia? 

¿influ... qué?

Quién es el influencer y cómo detectarlo: ABC

Llevamos meses y… ¿Aún no sabes bien bien qué es eso de un influenciador? Para animar el fin de semana os dejo un post de esos densos para leer poco a poco. La cuestión es… ¿Qué es un Influencer? ¿Qué opinan las empresas y los departamentos de relaciones públicas de las empresas que son Influencers? ¿Cómo los encuentran? 

Espero que os sirva este recopilatorio de los principios básicos del marketing de influencia. Si eres emprendedor o empresa para orientarte. Y si eres Influencer, para entender por qué te contactan, dónde los encuentran y qué valoran esas marcas y empresas. ¡Vamos a ello! ¿Preparados? Sigue leyendo

Censura en Instagram ¡Bye, bye curvy!

polémica hashtag curvy en Instagram

¡Qué noticia tan tonta! Hace unas semanas saltó la polémica porque en Instagram habían decidido censurar el uso del hashtag curvy, lo que en español viene a ser algo así como sinuoso o con curvas, y que es como los anglosajones se refieren a las mujeres que no son un insecto palo de pasarela, pero que como dirían nuestros abuelos ¡están lozanas y de buen ver! El motivo no es otro que el uso indebido que algunos usuarios estaban haciendo de #curvy, a saber, todo lo relacionado con la pornografía más directa, que no sólo con el erotismo insinuado. El hashtag se podía seguir usando para etiquetar fotos, pero si un usuario quería hacer búsquedas de contenido acerca de esta temática, no encontraría ninguna foto que mostrar. Y claro, el debate está servido ¿por qué las curvy son censurables y las delgadas que enseñan las tetas no? ¿Es más erótica una gorda que una top model? Apaga y vámonos, que resulta que lo que antes era un insulto y una dejadez de estilismo y de forma física ahora, gracias a la red social, se ha convertido en el más poderoso atrayente sexual. Como curvy declarada, no puedo estar más en contra de la decisión tomada por Instagram y estos son mis motivos.

1. Porno sin más. Si en tu casa tú llamas a tu marido gordito con fines erótico festivos, es cosa vuestra. Si lo etiquetas como gordito en Instagram, pasa a ser pornografía, porque resulta que hay muchas personas en el universo que ven muy tentadores esos kilos de más. Si tu marido es un hueso y le llamas esquelético en tu casa o en Inatagram, nadie pondrá el grito en el cielo. Los delgados tienen derecho a todo, incluso a hashtag propio. Pero más curioso aún es que se permitan etiquetas tan abiertamente eróticas como #pene #teta #culos #vaginas (estas últimas en plural, porque sólo está censurado el singular) y alégrese la vista o muérase de espanto según la sensibilidad de cada uno. Pero a una curvy es menester tenerla oculta en su casa y que no la vea nadie.

2. Palabras normales. Esto de censurar la palabra curvy, que a fin de cuentas en un vocablo de uso cotidiano en su lengua, sienta un precedente de riesgo, y es que cualquier léxico que por una moda pase a ser utilizado con connotaciones sexuales, es de suponer que correrá la misma suerte que este hashtag. Vamos, que si de pronto la palabra “rural” se populariza con otras acepciones, a ver cómo vamos a etiquetar nuestras escapadas al campo. Y esta limitación, hecha extensiva a lo largo del tiempo acabará por reducir el uso de hashtag a unas pocas cosas no polémicas, sin más. Esto empobrecerá mucho la enorme ventaja que ofrecen estas etiquetas en la red social.

3. Agravio comparativo a sus usuarios. Es tremendamente injusto que alguien se pueda calificar como rubia en Instagram pero no como regordeta. Más aún cuando hay profesionales para quien la etiqueta curvy es un verdadero distintivo de personalidad y carácter. Con buen tipo, pero sin llegar a estar escuálidas, artistas como Beyoncé o Rihanna son firmes defensoras de la moda curvy, sensibilizada con acercar la realidad de una belleza más natural y que rompe con los cánones de delgadez y la tiranía de las pasarelas. Y ojo, porque el resto de mortales curvy no tienen el tipazo espectacular de estas dos, pero es que la manga de lo curvy es muy ancha y da cabida a pesos muy diferentes. Ahora, una top model puede seguir etiquetando sus fotos en Instagram con todos los calificativos que le cuadren, pero una muchacha con carne sobre los huesos no tiene el mismo derecho.

4. Quien hizo la ley, hizo la trampa. Por mucho que nos duela la censura curvy, lo cierto es que Instagram es una empresa privada que hace y deshace sus políticas de uso como le da la ventolera. Lo mismo que ocurre en Facebook, cuando todos nos echamos las manos a la cabeza porque cierran la cuenta de una mamá que aparece dando el pecho, mientras hay millones de perfiles en los que se muestran pares de tetas sin una cabeza de bebé de por medio, y eso sí se considera adecuado y digno de la mayor red social. Por eso, en Instagram, durante le breve lapso de tiempo que duró la prohibició, no servía de nada utilizar el hashtag curvy, pero sí sus derivados #curvygirl #curvywomen #curvyfashion… vamos, que puedes etiquetar todo lo que quieras como curvy pero no poner la palabrita de marras a solas. Eso es indecente.

Yo aspiraba a que el responsable de la censura se repensara la jugada y volviera a poner la palabra curvy dentro de la circulación del panorama instagramero. Como de hecho ha acabado sucediendo.  Alguna vez se ha dado el caso e Instragram ha reculado después de que una medida similar haya liado tremendo revuelo. ¿Qué pensáis de este tema? ¿Os sentiríais discriminados si se os borraran imágenes o eliminaran cuentas de una red social sólo porque vuestra realidad no cuadra con los cánones de belleza establecidos, o con el mal uso que otras personas hacen de determinados vocablos?