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Censura en Instagram ¡Bye, bye curvy!

polémica hashtag curvy en Instagram

¡Qué noticia tan tonta! Hace unas semanas saltó la polémica porque en Instagram habían decidido censurar el uso del hashtag curvy, lo que en español viene a ser algo así como sinuoso o con curvas, y que es como los anglosajones se refieren a las mujeres que no son un insecto palo de pasarela, pero que como dirían nuestros abuelos ¡están lozanas y de buen ver! El motivo no es otro que el uso indebido que algunos usuarios estaban haciendo de #curvy, a saber, todo lo relacionado con la pornografía más directa, que no sólo con el erotismo insinuado. El hashtag se podía seguir usando para etiquetar fotos, pero si un usuario quería hacer búsquedas de contenido acerca de esta temática, no encontraría ninguna foto que mostrar. Y claro, el debate está servido ¿por qué las curvy son censurables y las delgadas que enseñan las tetas no? ¿Es más erótica una gorda que una top model? Apaga y vámonos, que resulta que lo que antes era un insulto y una dejadez de estilismo y de forma física ahora, gracias a la red social, se ha convertido en el más poderoso atrayente sexual. Como curvy declarada, no puedo estar más en contra de la decisión tomada por Instagram y estos son mis motivos.

1. Porno sin más. Si en tu casa tú llamas a tu marido gordito con fines erótico festivos, es cosa vuestra. Si lo etiquetas como gordito en Instagram, pasa a ser pornografía, porque resulta que hay muchas personas en el universo que ven muy tentadores esos kilos de más. Si tu marido es un hueso y le llamas esquelético en tu casa o en Inatagram, nadie pondrá el grito en el cielo. Los delgados tienen derecho a todo, incluso a hashtag propio. Pero más curioso aún es que se permitan etiquetas tan abiertamente eróticas como #pene #teta #culos #vaginas (estas últimas en plural, porque sólo está censurado el singular) y alégrese la vista o muérase de espanto según la sensibilidad de cada uno. Pero a una curvy es menester tenerla oculta en su casa y que no la vea nadie.

2. Palabras normales. Esto de censurar la palabra curvy, que a fin de cuentas en un vocablo de uso cotidiano en su lengua, sienta un precedente de riesgo, y es que cualquier léxico que por una moda pase a ser utilizado con connotaciones sexuales, es de suponer que correrá la misma suerte que este hashtag. Vamos, que si de pronto la palabra “rural” se populariza con otras acepciones, a ver cómo vamos a etiquetar nuestras escapadas al campo. Y esta limitación, hecha extensiva a lo largo del tiempo acabará por reducir el uso de hashtag a unas pocas cosas no polémicas, sin más. Esto empobrecerá mucho la enorme ventaja que ofrecen estas etiquetas en la red social.

3. Agravio comparativo a sus usuarios. Es tremendamente injusto que alguien se pueda calificar como rubia en Instagram pero no como regordeta. Más aún cuando hay profesionales para quien la etiqueta curvy es un verdadero distintivo de personalidad y carácter. Con buen tipo, pero sin llegar a estar escuálidas, artistas como Beyoncé o Rihanna son firmes defensoras de la moda curvy, sensibilizada con acercar la realidad de una belleza más natural y que rompe con los cánones de delgadez y la tiranía de las pasarelas. Y ojo, porque el resto de mortales curvy no tienen el tipazo espectacular de estas dos, pero es que la manga de lo curvy es muy ancha y da cabida a pesos muy diferentes. Ahora, una top model puede seguir etiquetando sus fotos en Instagram con todos los calificativos que le cuadren, pero una muchacha con carne sobre los huesos no tiene el mismo derecho.

4. Quien hizo la ley, hizo la trampa. Por mucho que nos duela la censura curvy, lo cierto es que Instagram es una empresa privada que hace y deshace sus políticas de uso como le da la ventolera. Lo mismo que ocurre en Facebook, cuando todos nos echamos las manos a la cabeza porque cierran la cuenta de una mamá que aparece dando el pecho, mientras hay millones de perfiles en los que se muestran pares de tetas sin una cabeza de bebé de por medio, y eso sí se considera adecuado y digno de la mayor red social. Por eso, en Instagram, durante le breve lapso de tiempo que duró la prohibició, no servía de nada utilizar el hashtag curvy, pero sí sus derivados #curvygirl #curvywomen #curvyfashion… vamos, que puedes etiquetar todo lo que quieras como curvy pero no poner la palabrita de marras a solas. Eso es indecente.

Yo aspiraba a que el responsable de la censura se repensara la jugada y volviera a poner la palabra curvy dentro de la circulación del panorama instagramero. Como de hecho ha acabado sucediendo.  Alguna vez se ha dado el caso e Instragram ha reculado después de que una medida similar haya liado tremendo revuelo. ¿Qué pensáis de este tema? ¿Os sentiríais discriminados si se os borraran imágenes o eliminaran cuentas de una red social sólo porque vuestra realidad no cuadra con los cánones de belleza establecidos, o con el mal uso que otras personas hacen de determinados vocablos?