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Bloggers al margen de la ley

bloggers al margen de la ley

Ser blogger es ese fantástico mundo de unicornios, hadas y fantasía, en el que tú te sientas a contar cuatro chorradas en tu bitácora, mientras las marcas relacionadas con tu temática empiezan a enviarte “regalos”, y te meten dinero en tu cuenta bancaria, o en la de PayPal, mientras vives a cuerpo de rey sin dar un palo al agua. Si sois bloggers profesionales ¿os suena la definición? Si sois bloggers por afición ¿creéis que los bloggers profesionales viven así de verdad? Si no tenéis blog ¡no lo abráis dejandoos llevar por este falso mito! Un blogger es un trabajador como otro cualquiera, con un lugar de trabajo peculiar, unos horarios flexibles pero eternos y unos deberes para con la administración pública, especialmente para nuestra adorable amiga Hacienda y su prima hermana la Seguridad Social. ¡Hala! Se murió el unicornio y se nos cayó el mito. Es cierto que al ser freelance, cobrar muchas veces en especie y ser en ocasiones una actividad complementaria a otros trabajos o un mero hobby que de repente empezamos a rentabilizar, la situación legal de un blogger es algo difusa. Bueno, en realidad no es que lo sea, es que la gente no quiere darse por enterada. Pero toda transacción de dinero a cambio de un trabajo, o de productos que salen de su empresa para llegar a un destinatario, todo está gravado con sus correspondientes impuestos. Ser blogger ya no mola tanto ¿eh? Yo no soy experta en temas legales, pero desde que mi blog comenzó a dar esos inesperados frutos ¡le temo más a una sanción que a una vara verde! Por eso os dejo algunas perlas de conocimiento que he adquirido durante este tiempo. Así, muy de andar por casa.

1. El cobro en especie. Aquí andamos todos aún en volandas. Si a tu casa llega una caja de cremas ¿quién se va a enterar? ¿Quién va a saber que no las has comprado tú en la farmacia o en el supermercado? El pago en especie depende mucho de la contabilidad que lleve cada empresa que te contacte. Algunas emiten una factura a precio 0 a nombre del blogger, de forma que el intercambio queda registrado y nadie debe nada a nadie. Pero eso de admitir productos como “regalos”… en fin, que a poco que Hacienda espabile se te acaba el chollo y deberás asumir el IVA de ese vaivén de artículos de los que estás dejando huella en tu blog y presumiendo en las redes sociales para envidia del personal.

2. El cobro en metálico. Si te han ofrecido tu primera colaboración mediante un abono de dinero en tu cuenta bancaria o de PayPal, si tienes programas de afiliación como Amazon, publicidad mediante banners como Adense, etc. ¡Ojito! Si tu blog tiene relación con tu trabajo habitual, aún podrás justificar estos ingresos de forma legal como rendimiento de tu trabajo, pagar tu IRPF correspondiente cuando llegue el momento de hacer la declaración de la renta y todos felices y dentro del margen de la ley. Pero como no justifiques estos ingresos, prepárate para la persecución de la Agencia Tributaria: pago de recargos por no haberlo declarado, de penalidades por tu mala fe al proceder con el ocultamiento… Incluso si los declaras como rendimientos del trabajo, puede que la ganancia no te beneficie, porque si lo consideran una fuente diferente de ingresos te aplican un porcentaje mayor de retención a todo lo que ganas en conjunto en tu vida laboral, por lo que puede salirte muy caro el experimento e incluso perder dinero.

3. ¿Alta en Hacienda, en la Seguridad Social o en los dos? Aquí hay un truco importante y es que el alta en la Seguridad Social como autónomo sólo es obligatorio si la actividad que realizas como blogger se considera habitual y continuada en el tiempo o si supera el salario mínimo interprofesional (algo más de 9.000 euros brutos al año). O sea: si sólo haces un post patrocinado de higos a brevas, olvídate del alta porque no te va a salir rentable. Pero si el negocio se normaliza y vas haciéndolos de forma habitual, insertas banners o pactas cualquier tipo de acuerdo remunerado ¡ha llegado el momento de hacerte autónomo! Y ojo, porque al principio las cuotas para nuevos autónomos son reducidas (54 euros los primeros 6 meses) y muy tentadoras, pero como no cambien las normas con el nuevo Gobierno de turno, la cuota íntegra mínima seguirá siendo de 260 euros mensuales una vez pasado el periodo de bonificación. Vamos, que o facturas mucho más de esos 260 euros o vas a trabajar como blogger sólo para pagar a la Seguridad Social. Que es algo muy solidario y digno de elogio para cooperar en el desarrollo de los servicios públicos de este país, pero seguro que no es lo que tenías en mente cuando vivías en ese mundo de unicornios y envidiabas a los bloggers profesionales. ¡Si es que la envidia nunca trae nada bueno! Pero aunque ganes una mínima cantidad como blogger, debes estar dado de alta en Hacienda para poder emitir facturas a título personal, con tu DNI. Esto es un trámite muy sencillo, gratuito y que mantendrá en situación legal todas esas colaboraciones que logres pactar. De lo que cobres, recuerda restar el IVA (21% de forma general o el que corresponda según vuestra actividad particular) y el IRPF (7% para nuevas personas dada de alta en el Impuesto de Actividades Económicas y nuevos autónomos).

4. El gestor es tu amigo. La verdad es que la administración da poca información y andan bastante crípticos en este tema, por lo que quien te atienda en la ventanilla es muy probable que te sugiera que te busques un gestor para estos asuntos. Que son baratos, que te van a quitar quebraderos de cabeza. Pero ojo, porque el gestor puede estar igual de perdido que tú en temas de fiscalidad en el mundo 2.0 y si él mete la pata el responsable legal vas a ser tú. No vale eso de “es que me lo dijo mi gestor”. Tú asumirás las sanciones. Además, dependiendo del volumen de negocio que gestiones o de lo espabilado que seas con las cuentas, puede no salirte rentable este gasto.

Si queréis saber más, aquí os dejo un artículo bastante contundente. Y si os gusta saltaros la legalidad a la torera ¡suerte! Aunque sea un acto muy incívico por vuestra arte, si Hacienda no os pilla en 4 años vuestro delito habrá prescrito. ¿Os declaráis bloggers al margen de la ley? Tranquilos, no hace falta que confeséis en los comentarios.

cuanto cobra un influencer

¿Cuánto ha de cobrar un influencer? Resultados de la encuesta

Hace unas semanas lanzábamos la pregunta al aire en forma de encuesta y gracias a vuestra participación hemos recopilado más de 100 respuestas. (Hasta finales de julio aún podéis responder). Sobre todo del ámbito de la blogosfera maternal. Sobre todo de la blogosfera, más que de las youtubers u otras modalidades de influencers. Como dice Ciudadano 2.0, “hay opiniones y filosofías para todos los gustos: desde cálculos de lo más sofisticados hasta una arbitrariedad absoluta en la fijación de las tarifas y, a su vez, con una horquilla de tarifas enorme”.

En cualquier caso, he recopilado todas las respuestas en este PDF que os dejo a continuación y he resumido información útil que he encontrado en la red al respecto. Entre aquello y lo de más allá, espero sinceramente que toda esta información os sea útil. Encontraréis al final de este post la presentación con el resumen de todas vuestras respuestas anónimas. Para las que empiezan, espero sea un aliciente y una referencia de lo que pueden pedir y aceptar. De qué es lícito y qué puede ser motivo de gran enfado.

Descarga resultados encuesta

DESCARGA EL RESULTADO DE LA ENCUESTA “¿CUÁNTO HA DE COBRAR UN/A INFLUENCER? en PDF

Partiendo de la base, por supuesto, que cada cuál es libre de querer o no cobrar por su trabajo en el blog, el canal o las redes sociales, de cambiar de opinión en un momento u otro y de fijar sus propias tarifas a la alta o la baja. Está claro, no obstante, que si poco a poco se clarifican las tarifas estándar, dará más fuerza como colectivo en las negociaciones individuales frente a las empresas y marcas y se dará mayor valor al trabajo de cada una. Aunque me parece evidente que no puede cobrar lo mismo una persona que tiene más de 50.000 visitas mensuales en su blog, miles de visualizaciones de sus vídeos o una gran comunidad, que otra que tiene apenas 1.000 visitas mensuales y unos pocos cientos de seguidores, que unas exijan lo puede ser justo y otras apenas mendiguen las gracias no ayuda a darle seriedad al trabajo que se presta. Luego todo dependerá de si la empresa quiere “comprar” colaboraciones a bulto y por peso o si quiere dirigirse a una comunidad fidelizada, por ejemplo. Pero está claro que por algún lugar hemos de empezar. Empecemos repasando lo que ya hay publicado por ahí. Sigue leyendo

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De influencers, cobrar y opiniones objetivas – repost de @Tellmon_LLR

Ahora que seguimos con la encuesta sobre cuánto debe cobrar un influencer de la que ya llevamos más de 90 respuestas (vamos a dar unos días más para sumar diferentes puntos de vista y damos los pro aros resultados, estoy segura que va a ser muy interesante), quiero seguir fomentando el debate con un par de artículos que se han escrito en la red y que nos han dado permiso expreso para rebloguear. Os presentamos la opinión de Tellmon…  Sigue leyendo

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Querido blogger: Te pago en especie

Como está resultando que los bloggers somos un colectivo dado a la sublevación fácil (#ConMuchoLove), empezaré diciendo que cada uno en su blog haga lo que quiera y gestione la comunicación con las marcas como buenamente pueda. Pero si os interesa conocer algunas experiencias de otros compañeros que han tropezado en tremendos pedruscos antes que vosotros ¡TUBYSCU es vuestro sitio! Hace unas semanas os hablaba de como en mis inicios me vendí por una crema, o lo que en lenguaje más técnico viene a ser un pago en especie. Cobrar en especie es una práctica muy habitual en el mundo del blogging, y muy respetable siempre que el blogger, la marca (y Hacienda) estén de acuerdo y ambos salgan felices estableciendo esta forma de colaboración. Cuando aún has colaborado pocas veces, casi todo lo que te ofrecen las marcas de tu sector suele ser bien recibido. Eres blogger de una temática que te apasiona, y ya pruebas por ti mismo cantidad de cosas acerca de las que escribes después, con lo cual, si ahora puedes probarlas “gratis” (“sólo” a cambio de tu tiempo y del espacio que les cedes en tu blog) no ves más que ventajas en estos ofrecimientos. Yo también he pasado por esta fase, me he ahorrado cantidad de compras que necesitaba y me he permitido disfrutar de artefactos que de otra forma nunca hubiera conocido (que no está la economía para florituras y antojos). La marca feliz por dar a conocer su producto; mi blog feliz por tener contenido novedoso e interesante para mi público objetivo; yo feliz por tener la oportunidad de probar tantísimas cosas; y mi cuenta bancaria sin alterarse pero también feliz. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, empiezo a comprender a los bloggers que no aceptan el pago en especie como forma de financiar sus servicios.  Sigue leyendo