1º) Gano seguidores pero muchos son “cazasorteos” que les importa tres pepinos quien eres y de lo que hablas.
2º) Me pego un curro con un post por el que no cobro un céntimo, porque los hago igual de currados que todos y a lo peor me acuesto casi a las 2 de la mañana editando fotos o poniendo botones y formularios.
3º) Me paso una o dos semanas (lo que dure el sorteo) haciendo reseñas del sorteo (y publi a la marca) y la marca no siempre hace lo mismo en sus redes (he de decir que he tenido marcas ejemplares en todo el proceso, saben quiénes son y se lo agradezco).
4º) Atiendo a seguidores y respondo a sus comentarios (y me encanta hacerlo!)
5º) Sufro “Síndrome de Estocolmo», porque mi móvil me tiene secuestrada en una espiral de recuento de “me gustas” y pura adicción narcisista.
6º) Hago el sorteo y le toca a alguien que jamás he visto por el blog, ni por Facebook, ni por Twitter! Como aun soy una “ORDINARYblogger” tengo tiempo para revisar quien le ha dado al me gusta, quien ha dejado un comentario o quien ha compartido el sorteo… y cuando no hay sorteo también! Os cuido, os vigilo y os intento premiar con estas lisonjas, pero no siempre se lo lleva quien mas lo merece… no se lo lleva Marta, ni Ana, ni Anita, ni Carmen, ni Quel, ni Niñosenmochila, ni Chincha, ni Lupe, ni Violeta, ni Silvia P. que cada vez que entra en el Facebook le da “me gusta” a todo… si Silvia P., eres nueva por aquí pero me alegras el día! Gracias!
7º) Y finalmente… descenso de seguidores porque se han borrado los “cazasorteos”, la marca no cumplió todas sus promesas, la ganadora enfadada porque no le llegó su regalo a tiempo, el resto de participantes decepcionados porque no les tocó aunque sabían que se lo merecían por ser fieles… y yo agotada, triste y gritando: “NUNCA MAS”.
Este artículo ha sido reblogueado con el permiso de la autora y podéis encontrar el original en el blog «Planeta Mamy»